sábado, 31 de julio de 2010

‘Cómo sobrevivir a un roquero’


ES UNA HISTORIA ESCRITA POR NICHOLAS STOLLER, UN RELATO VÍVIDO, DESINHIBIDO Y CRUDO QUE NOS CUENTA SOBRE UN EMPLEADO DE UNA DISQUERA

En efecto, esta película nos ha tomado por sorpresa. Es realmente buena y tan sorpresivamente iconoclasta que por momentos no nos pareció un producto de la industria norteamericana, de ese Hollywood que ha pasado de su pacatería normal, de su falta de visión de lo que es la vida en estos días en EE.UU. y en el mundo que asombra por su desconexión con la realidad.

Y es una historia realmente sencilla, escrita por el mismo realizador de la cinta, Nicholas Stoller, un relato vívido, desinhibido y crudo que nos cuenta sobre un joven empleado de una disquera, Aaron Green, a quien el propietario, el mandamás Sergio Roma, quien está pidiendo, exigiendo, ideas para salvar la disquera, envía a Londres en busca de un roquero retirado diez años antes, Aldous Show, idea propuesta por el mismo Aaron, quien admiraba al cantante inglés.

En otras palabras, que Aaron tiene una ingente tarea en sus manos: lograr que ese Aldous, convertido en añicos, puro recuerdo de lo que llegó a ser, borracho formal y drogadicto consuetudinario, haga un viaje de tres días de Londres pasando por Nueva York para llegar a Los Ángeles y presentarse en el estadio Greek, algo que, así contado, puede parecer fácil, puesto que se le está ofreciendo un renacimiento al acabado artista, pero que, se comprende, no es algo que esté muy claro en la mente del berrinchoso Aldous.

Y ese viaje es toda una catarsis, un viaje que es toda una iniciación para Aaron, cuya vida de casado anda por malos pasos, y un viaje que es algo así como una redención para el levantisco Aldous.

Es decir, una historia en apariencia sencilla, porque no ofrece muchos resquicios ni dobleces, pero que ha sido bien concebida por Stoller, y bien llevada a las imágenes.

Ese señor, Nicholas Stoller, con apenas 34 años, representa lo que la industria cinematográfica en Hollywood está necesitando urgentemente: sangre nueva, ideas remozadas, historias originales bien concebidas y una mano firme para llevarlas adelante.

Pero, además, Stoller, cuyo origen desconocemos puesto que en los “sites” de cine apenas ponen sus obras y su edad, pero no su lugar de nacimiento, nos da la impresión de que es australiano o tal vez inglés, aparte de concebir su interesante y original historia, escoge con precisión sus intérpretes: nada de nombres famosos, nada de caras bonitas y seductoras: Aaron Green es interpretado por Jonah Hill, regordete californiano con apenas 27 años, mientras su descalabrado y exuberante Aldous está en manos de un poco conocido actor inglés, Russell Brand, quien tuviera un rol importante en la anterior película de Stoller, “Forgetting Sarah Marshall”. El energético Sergio roma es intérpretado por Sean P. Daddy Combs, y ese trío, unidos a Elizabeth Moss, la Daphne, es realmente una perfecta erupción de energía, especialmente los dos primeros, como es de imaginarse.

Por supuesto, sabemos que los amantes del cine, los fanáticos del cine, son algo desconfiados, que casi nunca osan pagar por entrar a una sala de cine para ver una cinta en la cual no conocen absolutamente a nadie, que preferirán irse a la del otro lado a ver las caras rutilantes de Tom Cruise y Cameron Díaz. Pero, una cosa les aseguramos: si tienen buen gusto, si de veras les gusta el cine, luego de ver las dos películas sabemos que habrán disfrutado más la que ahora enfocamos.

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