domingo, 29 de enero de 2012

Libro revela FBI dirigió invasión a RD de 1965 y apoyó gobierno de Balaguer

El libro indica, además, que el exsubdirector del FBI Mark Felt no fue el único "Garganta Profunda" en el famoso caso "Watergate" que condujo a la dimisión del expresidente Richard Nixon, sino que hubo al menos cinco de ellos

Washington, 27 ene (EFE).- El expresidente de Estados Unidos George W. Bush evitó la renuncia del director del FBI, Robert Mueller, al prometerle que convertiría en legal un programa clandestino de escuchas a los estadounidenses, algo que no hizo hasta años después.
Así lo indica el periodista del diario New York Times Tim Weiner en sulibro "Enemies: A History of the FBI", que se publicará el 14 de febrero en Estados Unidos y del que hoy adelantó algunos extractos el diario Huffington Post.

El libro revela también que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés) estuvo infiltrada entre 1993 y 2001 por agentes que trabajaban para Cuba, China, Rusia y la organización terrorista Al Qaeda, y que la agencia federal dirigió la invasión estadounidense de la República Dominicana en 1965, que resultó en el regreso de Joaquín Balaguer a la presidencia del país.

Además, el FBI reconstruyó los documentos y cintas relativos al caso "Irán-contras", después incluso de que la Casa Blanca hubiera destruido toda prueba relacionada con la venta de armas a Irán y el desvío secreto de fondos a la guerrilla antisandinista de Nicaragua en 1986 y 1987.

Weiner profundiza especialmente en la historia de la agencia después del 11 de septiembre de 2001, cuando Bush autorizó al FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) a espiar las comunicaciones telefónicas y electrónicas de ciudadanos estadounidenses sin el permiso del tribunal especial que maneja esos casos.

Mueller se opuso tajantemente al programa por considerar que la Casa Blanca "trataba de esquivar" la ley, y en marzo 2004 llegó a escribir una carta de dimisión como director del FBI por este asunto, señala el libro.

Con el ultimátum de Mueller sobre la mesa, Bush le prometió en una reunión en la Casa Blanca "que daría un sustento legal al programa", incluso cuando el fiscal general de EE.UU., John Ashcroft, se había negado el día anterior a autorizarlo.

"La promesa de Bush no se cumplió de la noche a la mañana. Pasaron años. Pero basándose en ella, Mueller y sus aliados retiraron sus amenazas de dimitir. Bush mantuvo el secreto durante 20 meses más", hasta que el New York Times hizo público el programa en diciembre de 2005, escribe Weiner.

Tanto Bush como Mueller "habían hecho un juramento, cuando asumieron su puesto, de ejecutar fielmente las leyes de Estados Unidos. Sólo uno mantuvo su juramento", asegura el escritor.

El libro indica, además, que el exsubdirector del FBI Mark Felt no fue el único "Garganta Profunda" en el famoso caso "Watergate" que condujo a la dimisión del expresidente Richard Nixon, sino que hubo al menos cinco de ellos.

Al terminar su jornada, Felt mantenía reuniones con otros cuatro altos cargos de la agencia -Bob Kunkel, Charles Bates, Dick Long y Charles Nuzum- y algún funcionario más de confianza, en las que conversaban sobre el desarrollo de la red de espionaje político.

"Juntos tomaron una decisión consciente de filtrar la información a los periódicos. Lo hicieron porque la Casa Blanca estaba obstruyendo la investigación", dijo a Weiner el exagente del FBI Paul Daly, según relata.

Durante la Guerra Fría, el FBI pudo infiltrar espías en "los más altos niveles" de los gobiernos comunistas de Cuba, China y la Unión Soviética, los cuales devolvieron la jugada en los años 90, durante la presidencia de Bill Clinton.

El FBI invirtió entonces "más tiempo y energía" investigando la supuesta infiltración de espías enviados por China en la Casa Blanca "que en cualquier investigación de terrorismo", en la década que precedió al 11-S y en la que, según el libro, operativos de Al Qaeda llegaron a filtrarse en los despachos de la agencia federal.

La obra de Weiner sostiene también que bancos estadounidenses hicieron lucrativos negocios con la Alemania nazi en los años 30, y que los rumores sobre la homosexualidad del fundador del FBI, Edgar J. Hoover, son "casi seguramente falsos", al contrario de lo que sugiere la reciente película de Clint Eastwood. EFE

En redes sociales piden “la cabeza” de Mía Cepeda

Gisela Paredes
Santo Domingo
Desde que salió al aire el programa “Cero estrés”, por el canal 15. con las escandalosas imágenes en que el presentador Jesús Gil (Masa) hurgaba entre las partes íntimas del travesti Mía Cepeda, las redes sociales se desbordaron de comentarios desaprobatorios.
Durante la semana el público ha reaccionado indignado en Facebook y Twitter y muchos coinciden en que, además de Masa, Mía Cepeda también debe ser sacada de Telemicro.
Incluso, la comunicadora Judith Leclerc (del programa “Mil historias”) motivó en Twitter la campaña “#Míafueradelatv”, que fue secundada por decenas de personas, entre ellas sus colegas Raúl Grisanty y  Mariela Encarnación.
“¿Es que somos tan #cobardes que no exigimos respeto en esta televisión dominicana llena de #morbo?”, se preguntó Leclerc.
La iniciativa busca que el programa “Belleza Integral”, que conduce Cepeda por Digital 15 corra la misma suerte que el de su colega. La página de Facebook de ‘Portínrd magazine’ se pregunta: “¿Y por qué solo quieren a Masa? si él no es el único implicado”.
Al respecto Mary Contreras comenta en su páginas de Facebook que “ella fue tan culpable como Masa. Ninguno de los dos debería tener un espacio en los medios porque la falta que cometieron fue muy grave, aunque la CNEPR no lo haya visto como tal”.
En su Facebook, el comunicador Félix Victorino publicó una foto con un antes y después de la presentadora Mía Cepeda y escribe que la gente ahora está pidiendo la cabeza de Mía.
“Yo quisiera saber para qué... Si fuera una cabeza de chivo, por lo menos se hace un sancocho”, añadió Victorino irónicamente.
Telemicro solo tomó medidas drásticas contra “Cero estrés” y a Mía solo le hizo una advertencia.
“Está muy bien que Gómez Díaz haya ordenado sacar a Cero Estrés; pero y Mía Cepeda bien que se lo gozó. Debemos ser justos; como ambos trabajan en Telemicro, también debe sacar a Mía Cepeda, si es de moralidad que se trata todo esto”, escribió Franklin Rodríguez en un portal.