 Unos 4.6 millones de hondureños están llamados a elegir presidente, diputados y alcaldes. |
Tegucigalpa.- Los hondureños tienen frente a sí unas elecciones cuya legitimidad es puesta en duda por muchos dentro y fuera del país debido al golpe de estado que las precedió, pero la participación en las votaciones de este domingo quizás disipe ese velo que las empaña.
El presidente derrocado en junio Manuel Zelaya y sus partidarios llaman a la población de abstenerse de participar en el evento electoral, las autoridades afinan los últimos detalles.
“Hoy por la mañana repartimos el material electoral en la capital y con eso queda todo distribuido en todo el país... solo queda esperar a que la gente llegue a los centros de votación”, dijo a la AP el director electoral encargado de la logística del Tribunal Supremo Electoral, Carlos Romero.
Unos 4.6 millones de hondureños están llamados a elegir presidente, diputados y alcaldes. Una encuesta de finales de octubre daba una cómoda ventaja de 16 puntos a Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, sobre Elvin Santos, del Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y su sucesor de facto Roberto Micheletti.
La madrugada del sábado un pequeño artefacto estalló en las oficinas de Radio América y otro en el bulevar Morazán, uno de los principales de la capital. Durante casi todas las noches de la semana antes de los comicios, hubo explosiones como éstas en la capital, que aparte de daños menores no han dejado víctimas.
Toque de queda
El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, que se organizó desde el mismo 28 de junio en que Zelaya fue defenestrado, convocó a un “toque de queda popular” en el que llama a la población a no salir de casa entre las seis de la mañana y las seis de la tarde. En Honduras hay AFP pena de prisión de 4 a 6 años por incitar a no votar.
“¿Vale la pena perder la vida por mancharse el dedo (con tinta, la marca que reciben quienes han votado), por avalar este golpe de estado y blanquear las elecciones? Claro que no”, dijo Rafael Alegría en un comunicado de prensa de la Resistencia.
La población está dividida entre quienes simpatizan con el gobierno de facto instalado a partir del golpe y los que no. Ambos bandos se acusan de estar detrás de las explosiones.
Micheletti, quien dijo que desde el miércoles se alejaría de la vida pública para no interferir con el proceso electoral, pidió explícitamente el sábado a la radio HNR a la Resistencia que “no pongan bombas que maten a la gente porque eso no lo merece este país que sólo quiere paz y vivir en democracia”.
El líder de la Resistencia Juan Barahona acusó al gobierno de facto de las explosiones.
“Si hay bombas y otros atentados serán de los militares y la policía porque la gente de la Resistencia estará en sus casas”, sentenció.
Zelaya ha calificado las elecciones como “ilegales” y como un intento de legitimar el golpe de estado. “El que salga electo en unas elecciones ilegales será igual de ilegal”, dijo en declaraciones a periodistas desde la embajada de Brasil, donde está encerrado desde el 21 de septiembre.
CULPAN A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
El candidato oficialista a la presidencia, Elvin Santos, acusó ayer a la comunidad internacional de tomar como rehén a las elecciones de este domingo y remitió el futuro del depuesto gobernante, Manuel Zelaya, a lo que decida el Congreso el próximo miércoles.
“Mucho de esta crisis ha tenido que ver con la posición de la comunidad internacional, una comunidad que de alguna manera ha tomado como rehén este proceso eleccionario”, dijo en conferencia de prensa Santos, del Partido Liberal, al ser preguntado por la falta de reconocimiento de los comicios.
No obstante, el candidato liberal, vicepresidente durante el Gobierno de Zelaya, dijo que “hay una inmensa cantidad de países que están listos y dispuestos a reposicionar el tema de Honduras en sus mesas de análisis para poder definir el apoyo a un futuro gobierno”.
A diferencia del opositor Porfirio Lobo, que ayer afirmó que la solución a la crisis del país pasa por un diálogo entre todas las partes que incluya a Zelaya, Santos señaló que el futuro de éste depende de lo que decidan los “órganos jurisdiccionales”.
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