jueves, 4 de febrero de 2010

Aventura: Los ‘Rolling Stones’ de la bachata

Artistas. Juan Luis Guerra y Anthony Romeo Santos compartieron tarima el lunes en el Madison Square Garden.
Santo Domingo.- Quizás la comparación Aventura-The Rolling Stones sea osada, pero comparten el mérito de ser los grupos que en la historia del Madison Square Garden de Nueva York han llenado más veces ese aforo, con capacidad para 20 mil personas.

El grupo dominicano acaba de quitarle a la agrupación inglesa el récord al llenar de extremo a extremo el Madison durante cuatro fechas. Un hombre detrás de ese logro: Félix Cabrera, el empresario dominicano que tuvo la visión y la motivación para empujar una fecha tras otra.

“Félix Cabrera ha sido el mejor empresario artístico que he conocido”, expresó Anthony Romeo Santos al público, cuando recibió el reconocimiento de los ejecutivos del Madison.

Además del repertorio y el escenario giratorio que utilizó, los conciertos tuvieron grandes sorpresas. Solo pensar que Juan Luis Guerra compartió el show con un popurrí de sus temas fue toda una sensación y registró una carga emotiva irrepetible para los dominicanos que ven en estos artistas la máxima representación musical dominicana de las últimas décadas.

Día histórico
Ese día, 1 de febrero, fue histórico y emotivo para los dominicanos y para la música del país, sobre todo para la bachata que tanto Aventura como Juan Luis redimensionaron y colocaron en los niveles más altos que se registran hasta el momento.

Anthony Santos se reía solo. Llamó a Juan Luis “maestro”. Más tarde, en los camerinos, Henry Santos expresaba a reporteros de LISTÍN DIARIO lo que sentía sobre ese momento: “Ha sido una noche histórica para nosotros y más importante porque por primera vez compartimos tarima con el señor Juan Luis Guerra, que era uno de los sueños que teníamos siempre, y ser los primeros latinos en romper esos récords, eso se lo debemos a los fanáticos”.

En trenes, bodegas, calles... la gente sólo hablaba de Aventura y las amigas (latinas, aunque también estadounidenses) se llamaban entre ellas para darse envidia o compartir la emoción de ir al espectáculo.

Dentro del aforo aquello era un solo grito, un coro colectivo, una bachata compartida..

Ramón Almánzar

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