Los sistemas de vigilancia que se han establecido en distintos puertos están llamados a detectar sustancias radioactivas. |
Santo Domingo.- En los puertos dominicanos no existe, por el momento, una vigilancia total para impedir el trasiego de drogas, viajeros ilegales o contrabandos, según un informe oficial crítico que subraya la preocupación del director de la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom) por ese estado de vulnerabilidad en que se encuentra la seguridad nacional.
Hace tres meses, el director de Apordom, José Francisco Peña Guaba, enteró de la situación al secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Pedro Rafael Peña Antonio, y a otras autoridades, diciéndoles que le preocupa esa situación.
“En el tiempo que tengo al frente de la misma (la Autoridad Portuaria) me he percatado de que no existe una vigilancia total a cargo de los organismos de seguridad del Estado”, dice una carta fechada el 10 de septiembre.
“Debo participarle -añade Peña Guaba- que para el sistema portuario uno de sus bastiones más importantes lo constituye el elemento seguridad, la misma en la mayoría de los casos se encuentra privatizada o a cargo de los concesionarios”.
Este es el caso, según dice, de los puertos de Haina, Sans Soucí, Multimodal Caucedo, Cabo Rojo y La Romana “en los cuales el Estado no tiene injerencia en la seguridad, aunque debemos reconocer que se ha venido realizando un buen trabajo”.
En algunos de estos puertos, de acuerdo con reportes oficiales de las autoridades antidrogas, se han detectado cargamentos de cocaína y heroína a punto de salir o entrando a territorio dominicano.
Incursión de avionetas
Se sospecha que los mayores flujos de drogas se canalizan por los puertos, a pesar de que se ha incrementado la incursión de avionetas y lanchas en los espacios territoriales aéreos y marinos del país.
Los sistemas de vigilancia que se han establecido en distintos puertos están llamados a detectar sustancias radioactivas, señales de plagas, presencia de drogas o el volumen y características de los cargamentos, así como explosivos y otros materiales peligrosos.
Los Estados Unidos exigen estos controles para evitar que a su territorio lleguen elementos que pongan en peligro su seguridad nacional y sus controles de salubridad. Se dijo que algunos barcos que salen de República Dominicana con cargas agrícolas o productos industrializados que requieren refrigeración han tenido que demorarse en la entrega de sus cargas en puertos, debido a la rigurosidad de las revisiones y controles de las autoridades norteamericanas.
Sin embargo, la nota denunciativa de Peña Guaba parece poner al descubierto debilidades en el sistema de vigilancia.
En esa carta, dice que “conforme al criterio de preservación de seguridad del Estado, entendemos que si bien es cierto que los concesionarios han hecho un trabajo loable, apegados a los codigos y criterios internacionalmente establecidos en la que el Cuerpo Especializado de Seguridad Portuaria (CESEP) únicamente ejerce labores de supervisión, también es cierto que no puede faltar la seguridad de manera permanente del Estado con el propósito de garantizar la soberanía nacional”.
No se conoce si ha habido respuesta a las preocupaciones de la principal autoridad de los puertos a esta denuncia, pero la carta traduce su preocupación cuando dice que “resulta inaceptable que si Apordom no controla la seguridad, entonces tenga que ser responsable frente a terceros por debilidades y acontecimientos que se presenten”.
Peña Guaba plantea que si esta situación no se aclara “nos obligaría a desvincular a la institución de esta responsabilidad”.
COCAÍNA EN TERMINAL DE CARGA PUNTA CAUCEDO
Justo en el momento en que Peña Guaba advierte sobre la vulnerabilidad de los puertos, miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA) y de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) se incautaron un cargamento de 80 cajas conteniendo cocaína en la terminal de cargas Punta Caucedo, en el Aeropuerto Las Américas, en Boca Chica.
Según informes, el cargamento llegó por el depósito cuatro de dicha terminal, procedente de Colombia, vía Panamá.
La información suministrada por la DNCD en el AILA indica que el cargamento fue traído por una empresa de servicios de importación de mercancía, y que las cajas venían distribuidas en 16 paquetes grandes, junto a un cargamento de tapas plásticas.
La carga transportada en el vuelo, con un peso aproximado de 92 kilogramos, estaba consignada a la empresa Provelco, S.A., ubicada en el kilómetro 14 autopista Duarte, en el sector Pantoja, teniendo el envío como contacto a una persona identificada como Mario Valdez, informó el portavoz de la DNCD. En el decomiso participó la fiscal adjunta Lucía Florentino.
La droga fue trasladada a los laboratorios de la agencia antinarcótica para establecer la cantidad exacta.
La DNCD especificó que el cargamento vino de Colombia camuflado en equipos CPU.
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