Mientras de un lado el presidente del Consejo de Fronteras, Radhamés Batista, habló a la franca de complicidad de autoridades “por acción u omisión” frente a la quema de carbón en la zona fronteriza, el secretario de Medio Ambiente lucía pesimista al estimar difícil que se ponga fin al tráfico de ese combustible mientras haya una intensa demanda desde Haití.
No obstante, trató de dar consuelo diciendo que existe vigilancia contra ese tráfico y una labor de reforestación en zonas devastadas.
El presidente del Consejo Nacional de Fronteras, embajador Radhamés Batista, declaró ayer que existe complicidad de dominicanos con los haitianos en la industria del carbón y en la devastación de amplias zonas de Jimaní y Baoruco.
Dijo que en cuanto a los militares responsables de la seguridad fronteriza, si no hay complicidad por comisión lo hay por omisión en tráfico del carbón por la frontera, ya que un saco de ese material “no cabe en una cartera”.
Batista afirmó que esa complicidad militar “por comisión o por omisión” es una práctica vieja, porque no se actúa tumbando árboles y quemando carbón sin que se conozca quién lo hace.
Además, dijo que el servicio de agentes forestales es muy reducido.
“lo que estamos viendo es una dejadez y un abandono total no solo de parte de los militares sino de todas las autoridades que tienen que ver con frontera ante una parte tan grave de la migración haitiana”, afirmó.
En declaraciones a este diario, el embajador Batista manifestó que no le sorprende que el 86% del carbón que utiliza Haití procede de la República Dominicana, ya que en menos de cuatro años “hemos visto cómo zonas enteras de comunidades de Jimaní y de la Sierra de Baoruco son depredadas por bandas de haitianos y con la complicidad de dominicanos”.
Dijo que la complicidad con los militares es necesario comprobarla, pero advirtió que resulta sintomático que si cruzan camiones cargados de carbón deben pasar por varios puestos militares que están en el trayecto fronterizo.
“O sea que, si no hay complicidad por comisión, la debe haber por omisión”reiteró.
Manifestó que durante mucho tiempo, ha venido denunciando la situación de la depredación de los bosques en la zona fronteriza, pero que solo se pone atención cuando hay denuncias en los medios o cuando hay muertes.
Se quejó de que, ante tales casos, las medidas tomadas son coyunturales, cuando el problema tiene más de 15 años de indiferencia.
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