En esta zona de la frontera cientos de sacos de carbón se almacenan en lugares estratégicos a la espera de ser trasladados hacia Haití. |
Jimaní.- El carbón que se obtiene de la quema de árboles se ha convertido en un lucrativo negocio para bandas organizadas de haitianos y dominicanos que rivalizan por su distribución y comercio.
A esto se debió el hecho de sangre ocurrido la pasada semana donde murieron a tiros tres ciudadanos haitianos, según el testimonio de munícipes de esta localidad, a quienes se les preguntó sobre las causas de la acción violenta.
Según explican, el tráfico de carbón hacia Haití o para el consumo local rivaliza, por el volumen de ganancias, con el de las drogas, armas de fuegos, electrodomésticos, bebidas y productos comestibles, como el arroz y otras formas de comercio ilegal que se dan en esta zona.
En Jimaní se produce el mayor mercado fronterizo, después del de Dajabón, y el contrabando es la opción que utilizan algunos grupos que actúan al margen de la ley. La rivalidad por la territoriedad o repartición de los lugares donde se hacen los hornos del carbón muchas veces genera violencia, aunque nunca como lo ocurrido esta vez.
En el comercio del carbón participan varios intermediarios, desde el dominicano que contrata a los haitianos para que construyan los hornos, hasta los haitianos que compran y luego revenden el producto en su país.
Se calcula que un saco de carbón es comprado a 250 gourdes, unos mil pesos dominicanos, pero su precio puede alcanzar hasta los mil quinientos pesos en la vecina nación. Continua Aqui
Ramón Pérez Reyes/listindiario
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