El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano correrá el telón para cobijar en su morada a uno de los más prolíficos bateadores dominicanos de todos los tiempos y uno de los mejores de las Ligas Mayores en décadas recientes.
Ese artista del bateo lleva como nombre Julio César Franco Robles, quien el domingo 20 de octubre enaltecerá su figura, la del béisbol profesional y colocará a su natal Hato Mayor en otro pedestal importante del deporte nacional. Franco es una siete grandes figuras del deporte que serán entronizados al Pabellón de la Fama, durante el XLVII Ceremonial programado para celebrarse desde las 11:00 de la mañana en el Auditorio del Salón de Fama, ubicado en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Franco llegará al Salón de Fama avalado por los 4,229 imparables que disparó en una dilatada carrera que abarcó a las Ligas Mayores, de Japón, Corea, México y de República Dominicana.
Asimismo, por el título de bateo que ganó en la temporada de 1991 cuando bateó para promedio de .341 con los Rancheros de Texas y el recipiente de “Jugador Más Valioso” conquistado en el Juego de Estrellas de 1990. Franco es uno de cuatro jugadores que han conectado más de cuatro mil hits sumando las ligas mayores, las menores y fuera de los Estados Unidos. Los otros son Ty Cobb, Pete Rose e Ichiro Suzuki.
Por eso será una de las estrellas de mayor esplendor entre los siete deportistas que abrazarán la inmortalidad del deporte nacional el próximo domingo 20 de octubre, destacó el doctor Luis Scheker Ortiz, presidente del Comité Permanente del Pabellón de la Fama. Los otros escogidos hasta ahora son, Divina Estrella, en atletismo; Yuan Eu Liao, en ajedrez; Rolando Sebelén, boliche y José Márquez, en pesas.
Franco jugó en Las Mayores por espacio de 26 temporadas y conectó 2,586 imparables. Sin embargo, con su producción de hits en las menores (618) y en las ligas profesionales de México (316), Japón (286), República Dominicana (267) y Corea (156) totalizó 4,229 imparables.
Hizo su debut el 23 de abril de 1982 como torpedero de los Filis de Filadelfia. Durante su larga carrera, pasó por varias posiciones como campocorto, intermedista, primera base y bateador designado. Nació el 23 de agosto de 1958 y se establecería como una estrella del juego en 1986 cuando promedió para .306 y conectó 183 imparables, incluidos 30 dobles, 5 triples y 10 cuadrangulares como jugador de los Indios de Cleveland.
Dos años después, en diciembre 6, Cleveland lo traspasó a los Rancheros de Texas, organización en la que Julio César llegaría al estrellato de su carrera y donde, en 1991, ganaría el título de bateo con un alto average de .341 y tuvo su primera y única campaña de 200 imparables.
Entre 1989, 1990 y 1991 fue un “Todos Estrellas” y ganó el Premio al Jugador Más Valioso del Partido de las Estrellas el 90, al decidir la victoria de la Liga Americana en la séptima entrada
Regresó a las Mayores con Cleveland en 1995 y en la temporada siguiente terminó con un promedio de 322, al conectar 139 imparables, con 20 dobles, un triple y siete cuadrangulares. Tras jugar con los Cerveceros de Milwaukee, regresa nuevamente a Japón para 1998 y allí promedia para .423 en 93 partidos con el equipo Chiba Lotte.
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