Murieron ayer la madre y una niña suya víctimas del incendio ocurrido en su vivienda del municipio de Higüey, tras la explosión, el fin de semana, de un tanque de gas. Mientras tanto, el esposo de la mujer y padre de la niña fallecida, sufrió rigurosas quemaduras, igual que cuatro vecinos que lo auxiliaron, sigue hospitalizado y en estado de salud muy delicado, según certificados médicos.
Maribel de los Santos, de 26 años de edad, falleció a las 8:00 de la mañana en la unidad de quemados del hospital Luis Eduardo Aybar, mientras la niña, Angie Moreno, murió al no rebasar su estado de gravedad, según informó el doctor Emilio Mena Castro, director del hospital Robert Read Cabral.
La muerte de la niña, Angie, se complicó al presentar, como consecuencia de las quemaduras de segundo y tercer grado, una insuficiencia renal aguda.
Respecto a las condiciones de salud de Guayinton Marrero, el esposo de Maribel y padre de la niña, los médicos dicen que es de pronósticos reservados. Marrero permanece conectado a un respirador artificial en la unidad de quemados del centro de salud donde murió su esposa.
Lamentos de Maribel
Horas antes de morir, Maribel Santos lamentaba ante su madre, Ramona de los Santos, sus condiciones físicas y estaba preocupada por cómo la verían sus hijos con la cara y el cuerpo desfigurados por las quemaduras.
Maribel era madre de cinco niños. Fue víctima del incendio en Higüey que causó quemaduras a siete personas. Entre lágrimas, su madre, Ramona de los Santos, cuenta que el día anterior estuvieron conversando y que Maribel le confesó que de noche lloraba mucho porque no sabía cómo sus hijos la verían porque iba a quedar “como un monstruo”. “Yo le dije: no mi hija, tú te vas a curar; voy a comprar otra cama; te voy a llevar para mi casa y te voy a dedicar todo el tiempo hasta que te sanes”. La madre de Maribel dice que ahora sólo pide muchas fuerzas a Dios para poder cargar con el dolor de haber perdido en esa tragedia a la menor de sus cuatro hijos.
La muerte de la madre, de la menor. el estado de salud del padre de la familia, y las quemaduras sufridas por aquellos vecinos que ayudaron en un intento por salvar sus vidas, ha generado gestos de compasión de mucha gente en Higüey y otras localidades del país.
DOLOR DE LA MADRE Y ABUELA DE VÍCTIMAS
Entrevistada en la sala de espera de la Unidad de Quemados, adonde acudió temprano tras recibir una llamada a las 6:00 de la mañana para informarle que la salud de su hija se había complicado; posteriormente se le comunicó su muerte, Ramona asegura que no tiene idea de qué pasó esa noche en la casa de su hija y cómo se inició el incendio.
Asegura que el esposo de su hija es un hombre cariñoso y que siempre está risueño.
Precisó que muchas veces cuando llegaba del trabajo la llamaba y le decía “vieja que usted está haciendo, espéreme que voy para allá a llevarle una cosa”.
Con gran pesar repite, casi inconscientemente, que el 2010 fue un año tremendo y que le pide a Dios que le dé fuerzas para soportar eso.
Señala que el día anterior vio a su hija más animada, se comió un plato de frutas y estaba confiada en que se salvaría.
En el incendio, registrado por la supuesta expansión de gas en la casa, resultaron con quemaduras de segundo y tercer grado los vecinos José Javier Moronta Morillo, Juan Francisco Nova, Luis Ramón Ramos y Seneyda Matías.
Tres de esos pacientes reciben asistencia de manera ambulatoria en la Unidad de Quemados, mientras uno es atendido en un centro de salud privado.
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