domingo, 11 de octubre de 2009

Nagua recibe con alegría al joven que escapó de raptores

SECUESTRADORES. LA POLICÍA APRESÓ A DOS DE LOS AUTORES DEL RAPTO Y LES PIDIÓ ANOCHE A OTROS SIETE INDIVIDUOS QUE ESTARÍAN INVOLUCRADOS QUE SE ENTREGUEN
Solidaridad. A la izquierda, multitud que recibió al secuestrado. A la rerecha, los señalados por la Policía como los autores del rapto: (1a) Cecilio Díaz, (1b) Antonio Castillo, (2) Arcadio Mercado Genao (3) Juan Almonte Herrera, (4) Rubén Darío Silvestre (5) Ramón Polanco (6) Rafael Hernández.
Rescate. Cuatro helicópteros transportaron al personal de oficiales que acompañaron a Eduardo Antonio Baldera desde Villa Vázquez a Nagua.

Villa Vásquez.- Un pueblo que lo recibio alborozado, una cena frugal y una misa de accion de gracias, anoche, marcaron de contrastes el retorno a la libertad del joven empresario Eduardo Baldera Gómez, tras culminar un secuestro de 22 días. Baldera Gómez, secuestrado el 18 de septiembre en Nagua, escapó ayer y dos de los implicados fueron apresados por la Policia. Uno de ellos era parte de sus custodios.

El rescate, que al principio montaba 5 millones de dólares, bajó justamente a 1.5 millones de pesos en la víspera.

Baldera Gómez se encontraba secuestrado en una especie de carpa, en un área boscosa entre los parajes Salsipié y Estero Balza, entre la zona costera de Villa Vásquez y la comunidad El Copey del municipio Guayubín.

Al alcanzar la libertad, dijo a la Policía y a la prensa que temía por su vida, porque los secuestradores lo amenazaban constantemente con matarlo si su padre no pagaba por el rescate pedido.

Asimismo, negó categóricamente que se tratara de un autosecuestro. “Ay, Dios mío, como se puede pensar eso de mí, si mi padre y mi madre son locos conmigo y nunca haría una cosa así”.

Subrayó que sus captores lo mantenían encerrado en una casucha aparentemente preparada para tales fines y que en el día lo vendaban y ellos se encapuchaban.

Baldera Gómez explicó que eran dos los que tenían la responsabilidad de cuidarlo y que uno de ellos subía diariamente a la loma a encontrarse con otro de los secuestradores que le llevaba las informaciones.

Los raptores le dejaban las esposas flojas y a veces se las quitaban por breve momento para que comiera, pero que ayer logró quitárselas. En un descuido, sacó la cabeza de la casucha y aprovechando que uno de los secuestrados había subido a la loma, pudo escapar.

Durante el cautiverio le daban de comer pan, salami, galletas y a veces leche. Tras fugarse caminó unas cinco horas y pudo avistar a un señor que ordeñaba una vaca, al que se identificó y le pidió ayuda.

Indicó que quienes lo secuestraron en la residencia de su novia eran tres hombres, ya mayores, que tenían chalecos y gorras a los que pudo identificar. Continua AQui

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