Santo Domingo.- A sus 16 años, Eliver Báez Lara acciona en el campocorto o batea una recta sobre las 80 millas como muchos aspirantes a lograr una firma para el profesionalismo. Lo relevante de su caso es que tiene la virtud de hacerlo pese a las extrañas deformaciones en los dedos de ambas manos, las cuales presenta desde el mismo momento en que vio su primera luz el 31 de enero de 1993.
Un hecho que sorprende y deja exhausto a quienes lo observan actuar con efectividad en el terreno de juego con esa deformidad congénita y sólo hace recordar aquel caso único en el béisbol en que Jim Abbott (87-108) lanzó por diez campañas en Grandes Ligas con un sólo brazo, mientras que el softbol dominicano tiene el lujo de tener un equipo llamado los “Bandidos de un sólo brazo”.
Pero el caso de Eliver es ejemplar y digno de imitar por aquellos que aún teniendo las facultades físicas normales que otorga la vida se recuestan en el rincón de la derrota, no se brindan segundas oportunidades y muchas veces ni siquiera observan como el tiempo transcurre sin darse cuenta.
Este joven, con inmensos deseos de transitar hacia adelante, sonreía a plenitud cuando LISTíN DIARIO le preguntaba sobre cómo puede practicar el béisbol, pero que no podía contener sus lágrimas cuando se le tocaba sus partes más íntimas, sólo posee los dedos pulgar e índice de su mano derecha y, apenas el meñique de la izquierda. Aún así es capaz de batear, aparar, atrapar rodados, robar bases, lanzar e incluso lo hace con jóvenes de su misma edad. Oriundo de Paya, Baní, es hijo mayor del matrimonio que conforman Cristian Báez Aybar (instructor de béisbol) y Domny Felicia Lara (empleada del Parador Las Marías). El joven tuvo que sacrificarse para lograr ajustarse al juego de béisbol, pues al principio le fue difícil dominar los principales fundamentos de este pasatiempo.
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