lunes, 30 de septiembre de 2013

Cuesta RD$153 mil formar cada agente penitenciario

Este personal está orientado a la rehabilitación de los privados de libertad

Santo Domingo.-La presencia de agentes  de la Unidad de Traslado de Personas de Alto Riesgo (UTAR) se impone  cada vez que se requiere  trasladar un recluso involucrado en algún caso de gran magnitud.
Vestidos de negro desde los  pie hasta la cabeza, con casco  protector, chaleco  antibalas y “armados hasta los dientes”, estos protegen  a  los procesados antes,  durante y después de conocerles cualquier acusación durante su audiencia.
Bajo la celosa vigilancia de los oficiales de la UTAR han estado  Ernesto Paulino Castillo (alias  El Don), Ramón Antonio del Rosario Puente (Toño Leña),  los hermanos Buitrago, Sobeida Félix Morel, Leivy Nin Batista, Pascual Cordero Martínez (El Chino)  y Manuel Emilio Mesa Beltré, llamado “El Gringo”,  entre otros imputados. 
Estos oficiales surgen dentro de la formación que se les da  a los Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciarios (VTP) y que son egresados de la Escuela Nacional   Penitenciaria (Enap), una dependencia de la Procuraduría General de la República. 
Los VTP son los servidores correccionales y encargados de garantizar la vida e  integridad de un privado de libertad. Tienen el deber de desarrollar procesos de educación y tratamientos  para la futura reinserción   de los  reclusos a la sociedad.  
Este tipo de custodio está apostado dentro de los 17 Centros de Corrección y Rehabilitación (CCR) del país, dentro del Nuevo Modelo Penitenciario.
El recurso humano
Los que quieren ser   agentes VTP  deben pasar por el proceso de formación técnica, especialmente en materia penitenciaria.
La capacitación de los aspirantes tiene una duración de un año, y   consiste en seis meses para la formación, tres meses de internamiento e igual tiempo de pasantía.
De acuerdo a los datos suministrados por la Enap, la preparación base  de un  agente tiene  un costo global para el    Estado de RD$153 mil.  Concluida su formación base las autoridades nombran a  los que obtengan las mejores calificaciones y el resto lo  mantiene  en una base de datos.  
Además de la formación técnica, reciben una serie de diplomados que van desde la Administración Penitenciaria, Investigación Criminal y  Especialización para la Rehabilitación de Menores en Conflicto con la Ley. 
También cursos de educación continuada,  que consisten en   la preparación sobre los derechos humanos de los reclusos, el  traslado de personas de alto  riesgo, básico de sinología para guías caninos, entre otros.
A puro tesón
Soranlly Altagracia Gómez  es una mujer de mucho coraje y persistencia, ingresó a los VTP en  2004 y sus  traslados no le impidieron que se formara a nivel universitario. Como es oriunda de Dajabón decidió inscribirse en ese entonces en la Universidad   Utesa, donde se graduó de abogada.
Esta joven recorría 305 kilómetros cada vez que tenía que recibir docencia. Es decir que viajaba desde Santo Domingo hasta Dajabón  para no faltar a su universidad.
Orgullosamente, expresó que  bajo mucho sacrificio en cuatro años nunca dejó un semestre, mientras era trasladada de un centro a otro, donde la requirieran.
Esta joven de test morena y gran tamaño  fue  una de las UTAR que participó en el traslado de  Sobeida Félix Morel, compañera sentimental del capo boricua Figueroa Agosto. Asimismo, participó en la movilización de Ramón Antonio del Rosario Puente (Toño Leña).
Hoy día está como directora del CCR-Dajabón, donde  también cuenta con una especialización en traslado de personas de alto riesgo. Tiene nueve años de experiencia y dice con mucho ánimo que se prepara para realizar una maestría.
  Proyecto aspira tener 400
La Escuela Nacional   Penitenciaria (Enap)  tiene un proyecto con el cual busca formar 400 nuevos agentes penitenciarios como apoyo a la implementación del  nuevo  modelo.
El monto total de este proyecto ronda los 60 millones de pesos.
La entidad, en su informe, sostiene que con estos agentes se busca seguir garantizando la dignidad humana de los privados de libertad.
También el documento, del cual  EL DÍA tiene copia, resalta que mediante la educación  penitenciaria  también se puede dar respuesta a las necesidades  de rehabilitación de los internos.  
Escrito por: Dayana Acosta

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