viernes, 3 de febrero de 2012

Dilma Rousseff no da tregua a los funcionarios corruptos: uno más sale de su gobierno

El ministro dimisionario estaba contra las cuerdas desde fines del año pasado, cuando varios diarios y revistas se hicieron eco de sospechas de irregularidades en algunos proyectos relacionados con la organización del Mundial de fútbol de 2014

 BRASILIA.- El ministro de Ciudades de Brasil, Mario Negromonte, renunció este jueves, 2 de febrero, acosado por denuncias de corrupción y se convirtió así en el séptimo miembro del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff que pierde el cargo debido a supuestas corruptelas.


Negromonte, de 61 años, estaba en el Gobierno desde el 1 de enero de 2011, cuando Rousseff asumió el poder, que recibió de manos de su padrino político y antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
El ministro dimisionario estaba contra las cuerdas desde fines del año pasado, cuando varios diarios y revistas se hicieron eco de sospechas de irregularidades en algunos proyectos relacionados con la organización del Mundial de fútbol de 2014 que están en manos del despacho de Ciudades.

Por esas denuncias, Negromonte llegó a acudir ante una comisión del Congreso, ante la cual negó su implicación en esos asuntos, dijo que todo estaba bajo investigación e insinuó que era víctima de una campaña "mediática".
Esa misma excusa habían usado antes los antiguos ministros de la Presidencia, Transportes, Agricultura, Turismo, Deporte y Trabajo, que, no obstante, fueron cayendo como piezas de dominó entre junio y diciembre del año pasado.

Es evidente que Lula Da Silva no interviene en las decisiones políticas de Russeff, pues ésta ha asumido una línea dura en contra de la corrupción administrativa que ha afectado a importantes dirigentes de la coalición

Sin embargo, nuevas denuncias publicadas la semana pasada por medios locales, que daban cuenta de supuestas maniobras dirigidas a beneficiar a empresarios en recientes licitaciones del Ministerio de Ciudades, acabaron por derrumbar también a Negromonte.
En su carta de renuncia, entregada este jueves a Rousseff, el ahora exministro aseguró que su nombre estaba en medio de una "batalla con la prensa", reiteró su inocencia y admitió que ya había perdido las "condiciones políticas necesarias" para continuar en el Gobierno.

Según fuentes políticas, Rousseff se había decidido a destituir a Negromonte, con quien habría conversado sobre el asunto el pasado lunes, antes de emprender un viaje a Cuba y Haití.
La presidenta llegó de Puerto Príncipe durante la madrugada de este jueves y su primera actividad del día fue una reunión con Negromonte, quien le presentó su dimisión en forma "incondicional".

En todos los casos, los ministros que han perdido el cargo desde que asumió Rousseff fueron objeto de denuncias ventiladas por los medios de comunicación, que luego dieron lugar a procesos judiciales que aún están en curso.
Salvo el anterior titular de Turismo, Pedro Novais, y ahora el propio Negromonte, todos habían desempeñado cargos de ministros durante la gestión de Lula, quien gobernó durante dos mandatos consecutivos desde enero de 2003.

Además de los ministros que salieron salpicados por corrupción, Rousseff perdió el año pasado al titular de Defensa, Nelson Jobim, quien dimitió por diferencias con el Gobierno, y este mes aceptó la renuncia del responsable de Educación, Fernando Haddad, quien dejó el cargo porque será candidato a alcalde en octubre próximo.

Según informó la propia Rousseff en una nota oficial divulgada este mismo jueves, Negromonte será sustituido por el diputado Aguinaldo Ribeiro, del mismo conservador Partido Progresista (PP) al que pertenece el ministro saliente.

Ribeiro, de 52 años, es ingeniero especializado en administración de empresas y fue secretario de Medio Ambiente, de Recursos Hídricos y de Ciencia y Tecnología en su estado natal de Paraíba, con un perfil más técnico que político, que es lo que ha buscado Rousseff a la hora de escoger a sus colaboradores.
El PP nació de divisiones en el seno de la Alianza Renovadora Nacional (Arena), partido de fachada creado por la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.

Esa formación de derechas tiene actualmente 44 diputados y cuatro senadores y es uno de los doce partidos que integra la variopinta coalición que respalda a Rousseff, en la que está representado todo el espectro político nacional, salvo la extrema izquierda. EFE

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