Todo se cae a pedazos En los recorridos del Diario HOY por los diversos pueblos del país se observa el mismo desórden y abandono de casi todas las obras deportivasSAN FRANCISCO DE MACORÍS. Haber montado los primeros Juegos Deportivos Nacionales celebrados en el interior del país y el hecho de que con su nombre se honre al fundador de la República no ha evitado que la provincia Duarte, principalmente su municipio cabecera, San Francisco de Macorís, escape a la situación de abandono en que se encuentran las instalaciones de los complejos deportivos de la República Dominicana.
Las obras que forman parte del complejo han sido totalmente abandonadas por las autoridades nacionales, provinciales y municipales, con la única excepción del estadio Julián Javier, el cual es acondicionado todos los años, con inversiones que oscilan entre los 30 y 40 millones de pesos, a propósito de la temporada del béisbol profesional dominicano y la participación en este evento del equipo local, Gigantes del Cibao.
Mientras tanto, la pista de atletismo no ha cerrado puertas porque no tiene, el pabellón de gimnasia funciona a medias, las canchas de tenis de campo se conservan gracias el esfuerzo y sacrificio de sus dirigentes, quienes le dan mantenimiento de acuerdo con sus limitadas posibilidades económicas, los espacios para deportes de combate han sido reducidos para facilitar la ampliación del parque de pelota y el bajo techo para baloncesto y voleibol, principal instalación del complejo, lleva cuatro años cerrado.
A ello se añade el hecho de que la mayor parte del año, el complejo se mantiene sin luz ni agua, debido a que estos servicios son suspendidos inmediatamente termina la temporada de béisbol y reestablecidos previo al inicio de la siguiente.
“Para las autoridades lo único que cuenta en el complejo es el estadio de béisbol para su utilización exclusiva durante el torneo profesional y para nada importa las demás instalaciones, lo que evidencia un desprecio por el deporte olímpico, por lo menos en esta ciudad y en esta provincia”, afirma el presidente de la Unión Deportiva de la provincia Duarte, profesor William Hernández. Expone que producto de esa situación, la práctica deportiva no solo es limitada por el mal estado de las instalaciones, sino también por la falta de servicios de energía eléctrica y de agua.
“No se puede hacer deportes en horas de la noche y es obvio lo que significa estar en una instalación sin agua, falta de higiene y todo lo que ello implica para la salud de los atletas, de los dirigentes y demás personal de apoyo”, agrega.
Desde que en el 1979 (hace 31 años) se celebraron los IV Juegos Deportivos Nacionales, en San Francisco de Macorís apenas se ha construido una instalación deportiva. Se trata del bajo techo del club San Martín de Porres, levantada en el 2003-2004 por la Oficina Supervisora de Obras del Estado, que entonces dirigía el ingeniero Hernani Salazar.
Un bajo techo
Gracias al bajo techo del club San Martín de Porres, todavía los francomacorisanos pueden disfrutar del torneo de baloncesto superior, una de las actividades de mayor tradición de la región, debido a que su casa natural, el bajo techo del complejo deportivo, no reúne condiciones para albergar actividad de ninguna clase.
Primera sede
San Francisco de Macorís acogió la primera edición de los Juegos Nacionales celebrados en el interior del país. Las tres primeras se realizaron en la Capital.
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