viernes, 17 de septiembre de 2010

Vincho sugiere endurecer penas a agresores del “ácido del diablo”


Doris Pantaleón | Ramón Cruz Benzán | Néstor Medrano | Andrea Luna
Santo Domingo
ATRIBUYE ASESINATOS CON “SAÑA” A LA PRESENCIA DE GRANDES CRIMINALES EXTRANJEROS


El jurista Marino Vinicio Castillo (Vincho) califi có como un hecho repugnante los casos que se registran en el país de personas quemadas con “ácido del diablo” y favoreció que las penalidades a los culpables sean endurecidas.

Castillo comparó esas acciones con los casos de envenenamiento, que contemplan una pena de 30 años sin derecho a fi anza. Dijo que ese es un hecho tan grave como los linchamientos.

“Este es un hecho tan repugnante que yo cuando oigo decir de esos casos pienso en el envenenamiento, que es un crimen que tiene una pena de 30 años, sin posibilidad de atenuantes”, dijo Castillo, quien agregó que piensa que en ese tipo de ataque tan terrible se debe fi jar una pena alta sin ventajas procesales ni libertad condicional.

El abogado y dirigente político fue entrevistado en la sede de Promese, donde en su calidad de presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción, juramentó a la comisión de ética pública de esa organismo.

El jurista valoró la labor desempeñada por Promese a favor de la población de escasos recursos.

Fiscal opina
El fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, también mostró ayer preocupación por la modalidad delictiva de rociar el producto conocido como “ácido del diablo” a la gente. El representante del ministerio público favoreció que se que busque algún mecanismo para controlar la venta de esa peligrosa sustancia.

Manifestó que se debe ser drástico al momento de aplicar la ley, porque son muchas las personas que tienen lesiones permanentes por el uso indebido del referido producto, algo que califi có de criminal.

“Yo creo que debemos ser muy drásticos al momento de aplicar la ley. Nosotros siempre hemos tenido reticencia al momento de las sanciones. Hay que ser efectivo en la calidad de la investigación, que se aprese a la persona y sea condenada”, adujo Moscoso Segarra, a la salida de su despacho del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.

Informó que coordinará con ProConsumidor para controlar la venta de este producto químico fabricado para el destape de tuberías.

“Vamos a coordinar con ProConsumidor. Ese es un producto químico que se vende para trabajo de plomería.

Vamos a tomar algunas acciones con ProConsumidor en contra del ácido del diablo”, enfatizó.

Trastornos
De su la lado, la psicóloga clínica Ana Mirtha Vargas dijo que las personas que se apoderan del “ácido del diablo” como herramienta para atacar a otra, son antisociales con trastornos de la personalidad causados principalmente por factores sociales como el divorcio y el uso de drogas.

Vargas consideró que es uno de los trastornos más difíciles de tratar, ya que los agresores no sienten arrepentimiento. Ante esta difi cultad es necesario que el especialista del comportamiento trabaje en conjunto con un psiquiatra.

“Los valores vienen esencialmente de la familia, estos deben ser los promotores de los buenos modales. En República Dominicana hay un comportamiento repetitivo de maltratar a los niños, física y verbalmente, lo que empuja al infante a crear un trastorno en su conducta”, explicó.

Unidad de Quemados
De su lado, el director de la Unidad de Quemados del Hospital Luis Eduardo Aybar atribuyó el uso del “ácido del diablo” a la violencia en la sociedad utilizada como una herramienta para hacer daño en sustitución de un cuchillo o arma de fuego.

El doctor Carlos de los Santos explicó que no sólo son daños físicos y emocionales que producen la sustancia usada para destapar tuberías, sino también que el ácido, si no se elimina rápidamente, el organismo lo asimila y a través del torrente sanguíneo llega al hígado y al riñón, lo puede conducir la muerte del paciente.

Los casos registrados indican que el sexo femenino es más vulnerable, ya que de 10 personas quemadas con “ácido del diablo”, hay siete mujeres y tres hombres.

El promedio de la edad en las mujeres que llegan al referido centro médico es de 33 años, una paciente joven en edad reproductiva.

En lo que va de año se han ingresado 18 pacientes rociados con esa sustancia, y actualmente hay una persona interna.

Las cifras indican que en los últimos años se han incrementado las víctimas del “ácido del diablo”.

En 2008 se registraron nueve casos y el año pasado 14 casos. Estas cifras no refl ejan los pacientes que son atendidos ambulatoriamente o que no ameritan internamiento.

El artículo 302 del Código Penal prevé que el atentado contra la vida de una persona mediante sustancias que puedan producir la muerte, apareja pena de prisión de 30 años.

CARDENAL CONDENA LA DELINCUENCIA
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo anoche que dudaba que la situación de la delincuencia "sea gratuita", al entender que existe "porque tienen que haber detrás mandantes que estén pagando para cometer estos crímenes".

El arzobispo de Santo Domingo dijo que "no entiendo yo cómo se va a desatar una ola de crímenes tan despiadada".

"Indiscutiblemente que los delincuentes no quieren autoridad, ellos quieren imponer su autoridad, que es el caos y la muerte", manifestó.

Proclamó que no comparte el criterio "de que a esta gente hay que andarle con paños tibios, no es mi opinión ni jamás lo compartiré... y simplemente que se mantenga la vigilancia, que se actúe con responsabilidad, o sea que para eso está la autoridad, no es para que esté observando lo que pasa en el ambiente, lo principal es la seguridad".

El Cardenal habló ante los periodistas previo al acto de inauguración de la primera jornada de investigación científica, auspiciada por el Centro de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat).

El Cardenal dijo que la delincuencia y la violencia que se generan en la sociedad, tienen sus raíces en la pobreza, en la falta de oportunidades y en otros elementos que se irradian en la conducta de colectividades, que en el caso de la delincuenca deben ser enfrentados sin paños tibios y aplicando con todo su peso la Justicia.

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