sábado, 27 de febrero de 2010

Discurso presidencial: ciudadanos esperan “mucha palabrería” y ningún cambio

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En medio de un intenso proceso electoral, en el que se decidirá si el oficialismo mantiene su hegemonía en el Congreso, el presidente Leonel Fernández rendirá cuentas al país desde la Asamblea Nacional.

Cada 27 de febrero, Día de la Independencia dominicana, el Presidente de la República rinde cuentas del último año de su administración, dando cumplimiento a lo que ordena la Constitución.

Asimismo, aunque no es un mandato, los gobernantes acostumbran a decretar cambios de funcionarios y destituciones en esa misma fecha.


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Esta será la segunda rendición de cuentas del presidente Fernández en su presente mandato, y la primera después de haber sido proclamada la nueva Constitución el pasado 26 de enero.

La Constitución dominicana, en su artículo 114, establece: “Es responsabilidad del Presidente de la República rendir cuentas anualmente, ante el Congreso Nacional, de la administración presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior”. Asimismo, ordena que la rendición de cuentas esté acompañada de un mensaje explicativo de las proyecciones macroeconómicas y fiscales, resultados económicos, financieros y sociales esperados y las principales prioridades que el gobierno propone ejecutar dentro de la Ley de Presupuesto General del Estado aprobada para el año en curso.

Expectativas de la gente

En un recorrido hecho por reporteros de Clave Digital, se pudo constatar que entre los entrevistados prima el deseo de que el presidente Leonel Fernández introduzca cambios en su gobierno, sobre todo cambiando los funcionarios.

No obstante el deseo de cambio, la gente no abriga esperanzas de que se produzcan. Varios entrevistados aseguran que al presidente Fernández le gusta estar rodeado de la “misma gente”, y temen que el discurso no pase de “palabrerías”.

“Hay que cambiar al gabinete entero, con todo y presidente, porque las cosas que están pasando nunca se habían visto, nunca en esta vida: las muertes, los atracos y las drogas por donde quiera”, comenta el taxista Artemio Mesa.

Entre sus compañeros taxistas, Mesa sólo afirma -entre carcajadas- que el país no avanza. “¿De qué progreso me habla Leonel?, yo no veo progreso”, enfatiza.

Añade que las rendiciones de cuentas de Fernández se caracterizan por “palabras bonitas”, y poco cumplimiento de las metas trazadas por el Gobierno. “El presidente prometió que iba a darle duró a las drogas y a la corrupción, y mira todos estos bandidos. Ahora hay más de todo”, precisa.

Reporteros de Clave Digital entrevistaron a15 personas, 11 de las cuales manifestaron decepción ante las promesas “incumplidas”. Casi todos dijeron que se requiere de un cambio; tres no quisieron manifestar su opinión y uno se mostró confiado en que el gobernante sabrá elegir el mejor camino.

“Esperemos que no se llene de argumentos hablando de la misma cosa siempre, y se ponga a trabajar para el pueblo para que la gente salga de las necesidades, principalmente los pobres”, dice el sastre Ronny Núñez.

De su lado, el taxista Leonardo Pérez se pregunta: “¿Cuándo aquí se ha visto una rendición de cuentas?”. La respuesta la asegura tener el carpintero Daniel Mejía: “Nunca, todo sigue igual”, y expresa que le da lo mismo la decisión que tome el presidente. “No dependo del Gobierno, mi trabajo es el día a día, en la calle, esforzándome con mis dos manos”, resalta.

“Uno ha tenido demasiadas decepciones de la política, ya uno vive omiso a la situación del país. Nunca uno ve un cambio. Siempre lo mismo. La misma gente. Por eso, no veo nada, ni televisión”, precisa Mejía, mientras observa las palomas del Parque Colón, en la Zona Colonial.

Al igual que Mejía, el estudiante Harold Restituyo destaca que el país está cansado de promesas incumplidas. “Todo el mundo debería irse, hasta Leonel. Todos son corruptos. Nosotros los dominicanos estamos cansados de los discursos que él da”, argumenta.

“Cambiar funcionarios, ¿para qué? Es igual que los dejaran, porque no hacen nada. Es que siempre el Gobierno deja todo igual, la misma gente”, considera el taxista Arcadio Martínez.

Algunas personas prefieren no emitir ninguna opinión. Ante el silencio, los demás gritan: “Mi hija no lo intentes, él es del Gobierno”. Al final, sólo se escuchan tres respuestas: “No tengo ninguna opinión de eso”; “yo no brego con política” o “qué uno gana con hablar”. Más allá de lo fuerte de la marea, el barco debe de seguir su rumbo. Y es que -en algunas ocasiones- es “mejor ni enterarse de los que ellos hacen en lo secreto”, puntualiza Martínez.

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