domingo, 10 de julio de 2011

Un día histórico para el capitán Derek Jeter

Alcanza la cifra de tres mil hits con su primer jonrón de la campaña
AP
Nueva York

Rodeado por sus compañeros después que la bola cayó en los gradas del jardín izquierdo, y bañado por una lluvia de ovaciones de sus fanáticos, Derek Jeter quedó sin embarco solo... como el primer jugador de los Yanquis de Nueva York que alcanza los 3.000 hits.

Y lo consiguió nada menos que con su primer jonrón del año en el Yankee Stadium.

Un logro histórico digno de todo un capitán.

Con un buen swing de su bate frente al abridor de Tampa Bay, David Price, Jeter entró a una lista exclusiva.

Se convirtió apenas en el 28vo jugador de Grandes Ligas que alcanza los 3.000 hits, y el único además de Wade Boggs que lo logra con un vuelacerca.

“Felicitaciones, primero que nada, a Derek Jeter, por unirse al club de los 3.000 hits.

Es un honor exclusivo, alcanzado sólo por un grupo selecto y que muy pocas personas pueden presumir. Es un logro monumental”, dijo Boggs en un comunicado. “Tuve la oportunidad de jugar con Derek en 1996, cuando él era un novato, y no tuve duda de que Derek alcanzaría este hito. Es un jugador muy constante y nunca se ha desviado de su estilo”.

Jeter observó el toletazo mientras abandonaba la caja de bateo y aplaudió con fuerza al pasar la primera base.

El inicialista de los Rays, Casey Kotchman, fue el primer jugador en felicitarlo, tocándose la gorra mientras Jeter pasaba la almohadilla.

Para entonces, todos los compañeros de Jeter ya estaban festejando en el dugout, levantando los brazos al mismo tiempo. Fue un momento especial para el famoso número 2, que logró su segundo hit del partido y exactamente a las 2 de la tarde del Este de Estados Unidos.

Su buen amigo, el boricua Jorge Posada, recibió a Jeter con un abrazo cuando el torpedero tocó el plato. El panameño Mariano Rivera y el resto de los Yanquis estaban esperándolo detrás, incluyendo a todos los relevistas del equipo que salieron del bullpen.

Sentimientos del padre
Jeter, de 37 años y quien todavía atraviesa una temporada mediocre, saludó varias veces al público y luego apretó el puño y apuntó al palco donde estaba sentado su padre y su novia, la actriz Minka Kelly. Su padre asistió al juego, en una tarde soleada.

Su madre y su hermana no se presentaron, pues debieron asistir a un bautizo.

“Fue algo tremendo”, dijo el padre de Jeter, Charles, a YES. “No puedo describir cómo me sentí. Primero que nada necesitábamos una victoria... Fue algo muy emotivo para mí. Estoy feliz por él”.

Jeter quería lograr la marca en casa, y a los Yanquis les quedaban sólo dos compromisos en el Bronx antes de la pausa por el Juego de Estrellas. Luego, debían cumplir una gira de ocho visitas, en el comienzo de la segunda mitad de la temporada. El manager Joe Girardi no estaba preocupado de que Jeter se afanara demasiado en conseguir el codiciado inatrapable.

“El nunca ha tenido problemas con la presión en su vida”, dijo el piloto antes del encuentro.

Jeter también rindió tributo a sus oponentes. Apuntó a Price, mientras muchos de los jugadores de los Rays aplaudían su logro, incluso algunos saliendo del dugout para honrarlo. Los Yanquis se impusieron 5-4. Jeter incluso rebasó la marca, al batear de 5-5 con dos carreras anotadas y dos producidas.

Marcas leyendas Yankees
El campocorto no pegaba de jonrón desde el 8 de mayo, y éste fue su primer palo de vuelta entera en el Yankee Stadium desde el 22 de julio del 2010.

Todas las leyendas de los Yanquis han dejado marcas distintas para la historia.

Babe Ruth impuso el récord de jonrones, Lou Gehrig se convirtió en el “Caballo de Hierro”, Joe DiMaggio pegó de hit en 56 encuentros consecutivos, Yogi Berra ganó la mayor cantidad de campeonatos, Mickey Mantle conectó los leñazos más largos.

Y todos ganaron alguna vez la Serie Mundial. Jeter ha conquistado cinco veces el Clásico de Otoño.

Entre las únicas personas decepcionadas por el hecho de que Jeter haya rebasado la cifra mágica este día figuraron los miles de aficionados que formaron fila infructuosamente para comprar un boleto. Muchos pagaron cifras cuantiosas para asistir al encuentro del viernes, que se pospuso por la lluvia.


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