Daños. El otorrinolaringólogo Eduardo Mejía Jabid explica que las personas expuestas a ruidos elevados tienden a padecer de alta presión y otros malesLos ruidos son un contaminante ambiental fatal, ya que pueden ocasionar múltiples alteraciones y daños a la salud del individuo, desde auditivas, físicas y mental.
Sobre esta problemática, cada vez más presente en el ambiente diario, ¡Vivir! consultó al reconocido especialista en la materia Eduardo Mejía Jabid, quien asegura que está demostrado que las personas expuestas a ruidos altos tienden a padecer de trastornos de alta presión arterial, de insomnio, fatiga, estrés, irritabilidad, aislamiento social, pérdida de memoria, poca productividad, e incluso falta de deseo sexual o inhibición.
Explica que es por ello que existen legislaciones en torno al caso, a fin de controlar la alta contaminación ambiental.
Indica el facultado, presidente del Centro de Otorrinolaringología, que la problemática de los ruidos está afectando a gran parte de la población, en la que contribuirá a que haya una alta incidencia de sordera, en un futuro cercano, sino se controlan esos factores.
Cantidad de afecciones causadas por los ruidos en República Dominicana. Según el otorrinolaringólogo, son muchas, “pero desafortunadamente en nuestro país no contamos con estadísticas al respecto, debido a la inconstancia con que los pacientes hacen las visitas médicas al consultorio”.
Recomendaciones. El doctor Mejía Jabid considera importante que todos los colegios y escuelas hagan una evaluación temprana de audición a sus alumnos, y que se establezca como un requisito para la inscripción, a fin de que se pueda detectar la pérdida de audición precoz.
Niveles aceptables de ruidos. Una persona sometida a más de 80 decibelios de ruidos continuamente podría padecer un trauma acústico, explica el doctor Mejía Jabid.
“Para tener una idea de la contaminación de ruidos a que estamos expuestos, hay que saber que en una habitación, donde al parecer no hay sonidos, si medimos con un decibelímetro encontraremos una intensidad de 50 decibelios, y en la 27 de Febrero o Duarte con París alcanza alrededor de unos 100/110 decibelios”, dice el especialista.
Sensibilidad auditiva
“Un beso al oído no sólo puede producir un trauma sonoro, sino una perforación timpánica, así como una bofetada. Es por eso que frecuentemente visitan nuestro consultorio los cazadores, quienes suelen padecer zumbidos en los oídos y pérdida de audición sobre todo a los sonidos agudos, debido a que un disparo puede tener una intensidad de 160 decibelios; también los músicos son propensos a padecer de este mal, sobre todo los del género rock. Las personas sentadas a 10 metros de una orquesta sinfónica, perciben 110 decibeles”.
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