¡Parece que está vivo!
Maribel Hernández Pérez / Primera Hora
Montado en su inseparable motora favorita, tal cual será recordado por sus familiares y amigos, fue expuesto ayer en capilla ardiente en la Funeraria Marín, de Hato Rey, el mensajero David N. Morales Colón, de 22 años.
La novedad generada por el peculiar velorio movilizó a decenas de personas, adultos y niños, que acudían incrédulos a la funeraria. Algunos de ellos no lo conocían, pero tenían que confirmarlo, tomarle fotos con sus celulares y hasta vídeos.
Ésta es la misma funeraria que para el 2008 fue pionera en embalsamar el cuerpo de Ángel L. Pantojas Medina, quien fue velado en su casa de pie y adquirió la fama de ser “el muerto parao”.
Morales Colón, apodado “El Matatán”, fue asesinado a tiros el jueves, en la calle 11 de la avenida Rexach en Barrio Obrero, mientras conversaba con una adolescente que resultó herida en una pierna.
Expresiones como: “así mismo era él”, “yo no lo creo”, “quedó igualito” , “así mismo la corría para que el viento no le diera en la cara” y “parece que está vivo”, entre otras, se escuchaban constantemente en la capilla donde entraban y salían decenas de personas, entre ellas una gran cantidad de mensajeros, a darle el último adiós.
“Fue el deseo mío. Él era el nene lindo de tío, todo el mundo sabe eso. Esa motora se la regalé yo y quise que fuera mi último regalo y mi último recuerdo”, declaró José Torres, tío del occiso.
Torres, quien reconoció que su decisión podría interpretarse como un homenaje antes de su sepelio, insistió en que lo amó como a un verdadero hijo.
Su tío llegó cargando una corona de flores con la forma y con los colores de la motora Repsol, edición limitada, que montaba Morales.
“Insistió en esa motora, le dio con ésa hasta que se la compré”, recordó su tío, que dijo que David tenía siempre lo mejor de él.
“Era bien alegre, llevaba dos o tres meses que no salía. Él estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada, se bajó a comprar un refresco y ahí fue (que lo asesinaron)”, se lamentó Torres, mientras recibía el pésame de decenas de personas en la funeraria.
Torres, quien tiene una compañía de mensajería, indicó que al mediodía, cuando fue hasta la funeraria para verlo, primero que nadie de su familia, dijo que sintió una impresión tan fuerte que tuvo que salir corriendo de la funeraria.
Agregó que jamás pensó que tuviese que acudir al velorio de su sobrino, a quien consideraba un hijo.
“Yo cuando lo vi sentí un golpe en el pecho: ¡pow! Yo salí corriendo y llorando de la funeraria, porque ése era mi hijo, mi otra mitad”, se lamentó.
Elsie Marín, una de las propietarias de la funeraria y la embalsamadora del cuerpo, indicó que hizo su trabajo con respeto al sufrimiento de la familia de Morales y no con morbosidad para obtener publicidad.
Explicó que fue un trabajo en equipo junto a su familia, que se preparó igual que los otros cuerpos con los que a diario trabajan, con la única diferencia que fue colocado sobre una motora, en vez de dentro de un ataúd.
“Esto no es morbosidad, no es nada distinto a los otros casos, porque nosotros no necesitamos publicidad. Somos seres humanos que le damos un servicio a una comunidad”, recalcó Marín.
Agregó que la funeraria no está actuando en contra de la ley, ya que al momento del sepelio, pautado para hoy a las 12:30 de la tarde en el cementerio de la capital, el cuerpo será colocado en un ataúd.
“No hacemos nada en contra de la ley, está todo en la ley. En el momento de ser sepultado, él va a ser sepultado en su ataúd. Él va a ser sacado de la motora y va a ser puesto en un ataúd y de ahí sepultado”, explicó la embalsamadora, quien realiza esa labor desde el 1995.
¿Le impresionó cuando lo colocó sobre la motora?
“Sí, impresiona, porque es algo fuera de lo común, fuera de lo normal, verlo ahí y no verlo en el ataúd”, explicó Marín.
Agregó con orgullo que su secreto en estos casos está en el embalsamamiento. “Ésa es la receta. Obviamente, nosotros no se la damos a nadie”, dijo.
via santiago30caballeros.com