En la audiencia, presidida por el juez Willy de Jesús Núñez Mejía, y que apenas duró unos treinta minutos, los abogados de las víctimas y querellantes principales, que son el Banco Central, la Comisión de Liquidación de los Bienes de Baninter, la Superintendencia de Bancos, así como el procurador general de la Corte de Apelación, magistrado Jesús Vélez, representante del Ministerio Público, no se opusieron al pedimento de libertad del recluso Báez Figueroa, coincidiendo las partes en que el reo “ya cumplió con su compromiso de resarcir a las víctimas y a la sociedad”.
El condenado Báez Figueroa, quien cumplió ya 5 años y 9 meses de prisión en la cárcel modelo de Najayo, en esta provincia, dijo al juez Núñez Mejía que está muy arrepentido por sus acciones y que luego de una profunda reflexión a lo largo de los años que lleva en prisión, se ha convertido en un hombre apegado a la fe.
Tan pronto se le conceda la libertad, añadió, residirá en la casa de su padre y garante Ramón Báez Romano, ubicada en la calle Anacaona, del sector Bella Vista, con quien dijo trabajará como asistente en sus negocios inmobiliarios.
Aunque no objetó la libertad del banquero, el representante de la sociedad, el procurador Vélez puso como condición que, de ser favorecido con la libertad condicional, Báez Figueroa se comprometa en cumplir las siguientes condiciones: firmar libro ante la Procuraduría el último viernes de cada mes, hasta que cumpla con la pena total de 10 años; dedicarse a una labor social durante un año en las universidades, dando 20 charlas a los estudiantes sobre temas de fraudes bancarios y monetarios; que se le imponga impedimento de salida del país sin la debida autorización del juez de Ejecución de la Pena; no visitar lugares de diversión donde se consuman bebidas alcohólicas, y fijar una residencia fija y conocida por las autoridades.
El condenado Báez Figueroa, quien cumplió ya 5 años y 9 meses de prisión en la cárcel modelo de Najayo, en esta provincia, dijo al juez Núñez Mejía que está muy arrepentido por sus acciones.
Báez Figueroa fue defendido por el abogado Santiago Rodríguez, en tanto que Carlos Salcedo representó los intereses del Banco Central.