Se preguntan qué sentido tiene el crecimiento económico si en medio del mismo se mantiene un 35% de la población en la pobreza, 11% en la indigencia y altas tasas de desempleo.
La economía vuelve a crecer. ¡Enhorabuena! Grata noticia al cierre del primer decenio del siglo XXI, una década perdida para el desarrollo humano en la que sin cuestionamiento ni sonrojo el quehacer económico dominicano se prostituyó, contaminándose con dineros del crimen organizado.
Diez años en los que el modelo de desarrollo expandió sus manchas de inequidad e iniquidad, inmarcesibles por la insensibilidad social de los grupos de poder y la falta de solidaridad de los estratos medios, impasibles frente a la exclusión y la pobreza.
Acompasados por ambiciones desmedidas, saciadas ilícitamente o con artificios legales, transitamos del 2000 al 2010 con una sensible pérdida de la ética empresarial, un tiempo de regresión en que la degradación moral permeó la economía no sólo con las prácticas corruptas tradicionales: contrabando, evasión de impuestos y salarios de hambre, subvaluación de dividendos o mercancías y sobrevaluación de obras, el robo de electricidad y múltiples formas ilícitas.
No sólo eso, también con el lavado de activos procedentes del narcotráfico y otras vías corruptas y criminales que influyen en el Producto Interno Bruto (PIB), inflado con inversiones extranjeras de dudosa procedencia, imantadas por la debilidad institucional y la mano de obra barata.
Bandolerismo. No hay duda, fue un decenio en el que campeó el “bandolerismo económico”, no únicamente expresado en los fraudes bancarios con los que en 2003 colapsó la economía y la población costeó con inflación e impuestos generando más de un millón de nuevos pobres. Fraudes colosales que en adición al hoyo financiero elevaron el déficit cuasi fiscal del Banco Central de RD$9,605 millones en 2002 a RD$198,158 millones a abril de 2010 con los certificados emitidos.
No sólo eso, sino también el “bandolerismo” con la deslealtad competitiva, políticos convertidos en empresarios y empresarios cobijados en la política.
Desprovisto de ética, en ese lapso el sector público mostró buenas agallas al incursionar en negocios altamente lucrativos. Aprovechando sus posiciones públicas, ministros de diferentes carteras invirtieron en sus propias áreas de competencia en 2000-2010, tiempo de acumulación en que los políticos usurparon recursos al desarrollo para mantenerse en el poder, solventar el clientelismo, las campañas proselitistas.
Altibajos. Desde el 2000 transcurre un decenio de altibajos económicos, de crisis internas y externas sin austeridad ni disciplina, de déficit fiscales y desequilibrios en el comercio exterior, de estancamiento o retroceso en las reformas estructurales, sin superar las desventajas competitivas.
Cierto que la economía sorteó vendavales con un buen desempeño macroeconómico, pero al precio de endeudar al país, de comprometer su presente y su futuro con una deuda pública que de US$3,684 millones en el 2000 subió a US$11,435.4 millones en 2009. Incluyendo la deuda del BC y otros compromisos del Gobierno, economistas estiman que el incremento fue de US$10,000 millones en el 2000 a US$20,000 millones en 2010.
¿Puede llamarse exitosa una economía tan endeudada, que crece sacrificando a la gente con una fuerte carga impositiva no retribuída en servicios de calidad, con una crisis perenne en salud y educación, agua potable, alcantarillado, electricidad y transporte?
Vuelve a crecer, ¿y qué? Tras ser embestida con la crisis global particularmente desde mediados de 2008, la economía volverá a crecer en 2010 entre 5 y 5.5% del PIB, dice el FMI. Será la de mayor crecimiento de América Latina, apunta el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu.
¿Y qué?, si en medio del elogiado crecimiento, de la creación de mayores riquezas, se mantiene un 35% de la población en la pobreza y 11% en la indigencia; 14.4% de desempleo y 56% de empleo informal, si la inversión social del Estado no rebasó un 9% del PIB, insuficiente en ámbitos determinantes de la calidad de vida como educación y salud.
Crecer, ¿para qué?, si persiste un sector empresarial ineficiente, con decreciente generación de empleos, incapaz de ofrecer salarios aceptables. ¿Para qué?, si al crecer la economía entre 2005 y 2007 los trabajadores no lograran un alza salarial real, si en vez de fomentar el empleo arraiga el asistencialismo con planes sociales que en 2009 gastaron más de RD$19,000 millones sin una mejoría permanente de las condiciones de vida de las mayorías excluidas?
Volvemos a crecer, buena noticia si la lucha contra la pobreza fomentara la creación de capacidades, la autogestión, en vez de enfatizar el subsidio directo del gasto familiar, la dádiva que denigra, envilece, propicia el parasitismo.
Excelente noticia si el buen ritmo fuera acompañado de una retribución más equitativa de los ingresos, en vez de concentrar más de la mitad en un 20% de la población. Si se trocara en infraestructuras, avance tecnológico, cualificación de los recursos humanos.
Magnífico si se traduce en mayor eficacia de la gestión pública, si impulsa un Estado eficiente, transparente, menos corrupto, si promueve la innovación y productividad empresarial, genera más riqueza e induce al empresariado a pagar impuestos según sus beneficios reales.
Antecedentes
Perfil de RD en el año 2000
Población: 8.2 millones de habitantes, 30 provincias.
PIB nacional: US$19,745.4 millones. PIB per cápita: US$2,389.7. Población pobre 27.7% y en la indigencia el 9%.
RD muestra un desarrollo humano medio. Ocupa el lugar 87 entre 174 países, arrojando un Índice de Desarrollo Humano de 0.729.
La inversión en servicios sociales fue en ese año de RD$22,087 millones.
El censo del 2000 en EU determinó la presencia en ese país de 959,396 dominicanos legales. Las remesas totalizan ese año US$1,689.
La deuda externa a finales del 2000 sumó US$3,384 millones.
Las frases
Frank D´ Oleo
Entre los déficit acen- tuados en el decenio están: desarticulación del aparato productivo, e imposibilidad de los jóvenes de acceder al empleo bien remunerado”.
Celedonio Jiménez
Un retroceso en esta década es la tremenda brecha de desigualdad social. El 20% de la franja más rica de la población percibió 55.5% del ingreso nacional”.
Miguel Cesara Hatton
En la década del 2000 comienza un ciclo de agotamiento y recambio en la economía. Las zonas francas ya no tienen el mismo lugar y bajó el rendimiento del turismo”.
César Pérez
El deterioro de los servicios y equipamientos urbanos dan ciudades más segregadas social y espacialmente, contribuyen a la ley de selva y criminalidad”.