PUERTO PRÍNCIPE, EFE.- Un total de 32 niños que un grupo de estadounidenses intentó sacar ilegalmente de Haití tras el terremoto del pasado 12 de enero volvió con sus familias tras permanecer acogidos en un centro de Aldeas Infantiles SOS en Puerto Príncipe desde que ocurrió el suceso a finales de ese mes. El grupo estaba compuesto por 33 niños de entre dos y doce años y la organización espera poder llevar con su familia la próxima semana a una niña, la única que falta, una vez que se compruebe quiénes son sus parientes, dijo hoy a Efe uno de los miembros de Aldeas Infantiles SOS en Puerto Príncipe, Luis Klamroth.
Diez estadounidenses vinculados a la organización baptista Refugio de Niños Nueva Vida fueron detenidos a finales de enero cuando trataban de llevar en autobús a los 33 menores a República Dominicana para, supuestamente, ofrecerles una vida mejor lejos del caos que reinaba en Haití tras el terremoto.
Nueve de los miembros del grupo fueron puestos en libertad durante las últimas semanas y en la actualidad sólo permanece detenida la considerada responsable del grupo, Laura Silsby, a la que el juez encargado del caso investiga por la supuesta organización de un viaje irregular.
El miembro de Aldeas Infantiles dijo que en el momento de marcharse a sus casas los menores se encontraban bien.
"Los 32 estaban bien. Un poco tristes por tener que marcharse de acá, donde tienen muchos amigos, pero también felices de estar con sus familias otra vez", explicó Klamroth.
La reagrupación entre los menores y sus familias se llevó a cabo ayer bajo la coordinación del Instituto de Bienestar Social de Haití, Aldeas Infantiles SOS y Unicef.
"Ahora vamos a apoyar a esas familias para que puedan vivir juntos con los niños", señaló el técnico, quien explicó que Unicef y el Instituto de Bienestar Social van a proporcionar a los padres ayuda económica y talleres formativos para que puedan encontrar trabajo.
Además, las organizaciones harán un seguimiento de la situación familiar "durante el tiempo necesario", incluso durante "dos o tres años", si fuera necesario, para asegurarse de que los menores están bien atendidos por sus padres, al igual que se hace en el caso de cualquier otro niño, dijo.
"Siempre vamos a estar allá para apoyar a las familias", apostilló.
Sobre la conveniencia de devolver a los niños con sus padres pese a que éstos los entregaron a los misioneros estadounidenses, el especialista consideró normal el comportamiento de los familiares teniendo en cuenta la pobreza de estas familias y las expectativas de "un gran futuro" para sus hijos.
"Ellos no sabían qué iban a hacer los misioneros con los niños", agregó.
El representante de Aldeas SOS explicó que "siempre es mejor que un niño o una niña este con su familia biológica, pero sólo si la familia está en situación de brindar a los niños unos cuidados con la suficiente calidad".
Insistió en que las tres instituciones que han llevado a cabo la reagrupación van a "garantizar que los niños están bien. Siempre vamos a apoyar a las familias" y agregó que las organizaciones no dejarían a los menores con familias que no les llevaran a la escuela o no les brindaran el cariño y las atenciones necesarias.
Sobre la conveniencia de efectuar la agrupación familiar en estos momentos, Klamroth indicó que los responsables de Aldeas Infantiles SOS preferían esperar un tiempo y poder visitar previamente a las familias de los menores. Pero "la decisión no ha sido nuestra, sino del Instituto de Bienestar Social", explicó.