Más de una década ha transcurrrido de la promesa de un sistema de seguridad social en el que los hospitales pasarían de almacenes de enfermos a centros de salud equipados con tecnología moderna, orientados a cubrir las dolencias de toda la población sin importar el estrato social o el nivel de ingresos en la escala económica.
El primer Informe de Ejecución de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030) muestra resultados que dibujan el patinaje que significó la entrada en vigencia y el recorrido de la ley, dejando mucho qué desear acerca del derecho a la salud consagrado en todas las constituciones y con una proyección que coloca a la sociedad dominicana en la cola de la modernidad sanitaria cuando se compara con los países de la región.
Según el informe, apenas algo más de la mitad de la población cuenta con un seguro de salud y aunque en la END 2030 el gobierno se propuso mediante ley que esa dramática realidad sería eliminada a más tardar en 2016, año fijado para que el 100% de los dominicanos estén asegurados, los resultados indican que a lo máximo que se llegará en ese año será a un 88%.
El primer Informe de Ejecución de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030) muestra resultados que dibujan el patinaje que significó la entrada en vigencia y el recorrido de la ley, dejando mucho qué desear acerca del derecho a la salud consagrado en todas las constituciones.“Si bien se observa una tendencia positiva en el periodo 2010-2012, con un aumento de prácticamente de 10 puntos en el porcentaje de población asegurada al Seguro Familiar de Salud, la meta de cobertura universal de aseguramiento en salud en 2016 no sería lograda, sino que la cobertura alcanzaría tan solo al 88 % de la población”, dice el documento al señalar que de mantenerse el ritmo de expansión mostrado en el periodo 2010-2012, solo la región Cibao Sur alcanzaría la meta de 100% de cobertura de seguro de salud en 2015, agregando que en las demás regiones la cobertura se ubicaría entre 59.8% y 73.8% de la población, correspondiendo el menor porcentaje a la región Cibao Noroeste.
Esa realidad contrasta con el crecimiento de las ganancias obtenidas por las aseguradoras de riesgos de aalud (ARS) desde que fueron fundadas hasta la fecha, tanto que la Cámara de Diputados ha aprobado u proyecto de ley para reducir sus beneficios en un 15%. Mientras tanto, las condiciones de varios de los principales hospitales públicos siguen siendo esas “pocilgas”, el calificativo es del presidente Danilo Medina, donde los pacientes suelen amontonarse con poca probabilidad de encontrar respuestas adecuadas a sus enfermedades.
Una enfermedad denominada de tercer mundo como la tuberculosis muestra deterioro durante el periodo 2010-2012. El documento indica que de no variar la tendencia es altamente probable que la tasa de mortalidad asociada a esta patología curable sea mayor en 2015 que en 2012.
Pálida inversión
En el fondo de la crisis hospitalaria y de la salud parece encontrarse la pálida inversión pública, que de acuerdo con el informe pasó de 1.4% del PIB en 2009 a 2.3% en 2012, un crecimiento que el mismo documento considera insuficiente para poder lograr los resultados esperados.
De la evaluación de los técnicos que redactaron el documento puede colegirse que para mejorar el sistema de salud la inversión pública debe ser incrementada más allá de lo consignado en el presupuesto de 2014 porque “(…) de continuar la tendencia no sería posible alcanzar la meta de 2.8% del PIB en 2015, pues esto requeriría aumentar 0.16 puntos porcentuales anualmente”.
Grave es el hecho de que tras 12 años de la promulgación de la ley de seguridad social todavía el gobierno no cuente con indicadores actualizados que posibiliten una visión de conjunto del estado de la salud de los dominicanos.
Para indicadores como la tasa de mortalidad en menores de 5 años, desnutrición en menores de 5 años, tasa de mortalidad materna, los técnicos oficiales dicen no disponer de datos actualizados. “Otros indicadores están en proceso de redefinición, tanto conceptual como de la forma de levantamiento de la información, como es el caso de la letalidad asociada a dengue”.
“De los nueve indicadores para los que se dispone de información, en cinco hay una tendencia favorable al logro de la meta establecida para el 2015, en dos hay una tendencia en la dirección correcta pero no suficientemente fuerte como para alcanzar la meta, en uno hay un retroceso que aleja el logro de la meta. Para los otros seis indicadores planteados en la END 2030 no se cuenta con información actualizada”, puntualiza el documento.