El influyente ingeniero Diandino Peña es casi un hombre invisible. Verlo es tarea difícil para los periodistas y mucho más difícil es entrevistarlo sobre la construcción de la segunda línea del Metro, a pesar de que esta es la obra cumbre del Gobierno. Ayer, periodistas de este diario casi se “pecharon” con el ingeniero Peña cuando este estaba, junto a varios miembros de su equipo, en aparente labor de supervisión de unos trabajos que parecen extenderse más allá de la avenida Máximo Gómez. Lo único que se conoce de esta segunda línea del Metro es que los trabajos avanzan por debajo de la superficie.
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