Si de cada diez ciudadanos con derecho al voto sólo seis cumplirán con el deber cívico de ejercer el sufragio, ello significa que cada vez hay menos gente interesada, o mejor dicho, menos gente confiada en los procedimientos de eso que llamamos democracia. De seguir el mismo derrotero, llegará el día en que solo una minoría siga acudiendo a las urnas, y esto quiere decir que, poco a poco, los gobiernos serán menos y menos representativos.
¿Qué se está haciendo para frenar y reducir la abstención a su mínima expresión? Poca cosa. Una fugaz campaña de televisión invitando a la gente a votar, uno que otro anuncio en la prensa escrita y muchas cuñas radiales que se mezclan con los anuncios proselitistas de los diversos candidatos. Pero el asunto no debe limitarse a los meses de campaña electoral, sino que debe ser materia de estudio permanente en todos los grados escolares, desde la primaria hasta la universitaria.
Mientras la educación siga siendo la Cenicienta del Presupuesto Nacional, seguiremos como testigos del crecimiento indetenible de la abstención electoral. ¡Qué pena!.........Escrito por: Rafael Molina Morillo (r.molina@codetel.net.do)
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