Una paraguaya residente en Nueva York declaró que
se salvó de la detonación “de milagro”. “Estábamos a una cuadra del
lugar de donde se produjo la primera explosión. Para nosotros sonó como
una bomba. Como 10 segundos después escuchamos la segunda explosión”.
Dos bombas estallaron ayer lunes en calles
congregadas cerca de la línea de meta del maratón de Boston, causando la
muerte de tres personas y heridas a más de 130 en una aterradora escena
de vidrios rotos, nubes de humo, pavimento manchado de sangre y
extremidades desprendidas, informó la policía de Boston.
Un funcionario de alto rango de inteligencia de Estados Unidos indicó que otros dos dispositivos explosivos fueron encontrados cerca de la meta del maratón.
El funcionario habló a condición de mantener el anonimato debido a que no estaba autorizado a revelar públicamente información al respecto.
En la Casa Blanca, el presidente Barack Obama prometió que los responsables “sentirán todo el peso de la ley”. No
tenemos todas las respuestas. Seguimos sin saber quién hizo esto o por
qué". Llegaremos al fondo de esto. Encontraremos a quien hizo esto".
Las autoridades no han hecho declaraciones sobre el motivo o quién habría perpetrado el ataque en uno de los maratones de mayor prestigio en el mundo.
El gobierno en Washington señaló que aún ningún grupo ha asumido la responsabilidad de las explosiones.
Las explosiones en la competencia sucedieron casi de manera simultánea y aproximadamente a 91.4 metros (100 yardas) de distancia una de la otra, causando desprendimiento de extremidades de varias personas, derribando a los espectadores y al menos a un corredor, destrozando ventanas y generando nubes de humo sobre las calles .
“Empezaron a trasladar a personas sin extremidades”, dijo Tim Davey, de Richmond, Virginia. Davey agregó que él y su esposa, Lisa, trataron de evitar que sus hijos atestiguaran la sangrienta escena, pero “ellos vieron mucho” .
Se descartó que una tercera explosión, que sucedió en la biblioteca Kennedy, en la misma ciudad, estuviera relacionada con los atentados en el maratón. Uno de los corredores, un policía estatal de Rhode Island, dijo que las explosiones causaron que decenas de personas perdieran extremidades .
Tras los estallidos, las autoridades entraron en la ruta para sacar a los heridos, mientras que los rezagados en la carrera de 42 kilómetros (26 millas) fueron re-dirigidos lejos de la zona . Competidores y voluntarios gritaban al alejarse del caos. Espectadores ensangrentados eran llevados a un puesto médico que había sido establecido para lidiar con corredores agotados .
“Hay personas muy ensangrentadas”, dijo Laura McLean, una corredora de Toronto que estaba en el puesto médico recibiendo atención por deshidratación cuando fue desalojada para dar cabida a las víctimas de las explosiones.
Cruce de la meta
Unas dos horas después de que los ganadores cruzaran la meta, hubo una fuerte explosión en la parte norte de la calle Boylston, poco antes del lugar de las fotos que demarca la línea de meta. Otra explosión pudo escucharse unos cuantos segundos después.
Un policía de Boston fue sacado del lugar en silla de ruedas con una herida sangrante en la pierna. “Hay muchas personas heridas”, dijo un hombre, cuyo número 17528 le identifi caba como el corredor Frank Deruyter, de Carolina del Norte.
El hombre no estaba herido, pero trabajadores del maratón llevaban a una mujer, que no parecía ser una corredora, con la pierna ensangrentada a un área médica mientras salía sangre de su pierna.
Un funcionario de alto rango de inteligencia de Estados Unidos indicó que otros dos dispositivos explosivos fueron encontrados cerca de la meta del maratón.
El funcionario habló a condición de mantener el anonimato debido a que no estaba autorizado a revelar públicamente información al respecto.
Las autoridades no han hecho declaraciones sobre el motivo o quién habría perpetrado el ataque en uno de los maratones de mayor prestigio en el mundo.
El gobierno en Washington señaló que aún ningún grupo ha asumido la responsabilidad de las explosiones.
Las explosiones en la competencia sucedieron casi de manera simultánea y aproximadamente a 91.4 metros (100 yardas) de distancia una de la otra, causando desprendimiento de extremidades de varias personas, derribando a los espectadores y al menos a un corredor, destrozando ventanas y generando nubes de humo sobre las calles .
“Empezaron a trasladar a personas sin extremidades”, dijo Tim Davey, de Richmond, Virginia. Davey agregó que él y su esposa, Lisa, trataron de evitar que sus hijos atestiguaran la sangrienta escena, pero “ellos vieron mucho” .
Se descartó que una tercera explosión, que sucedió en la biblioteca Kennedy, en la misma ciudad, estuviera relacionada con los atentados en el maratón. Uno de los corredores, un policía estatal de Rhode Island, dijo que las explosiones causaron que decenas de personas perdieran extremidades .
Tras los estallidos, las autoridades entraron en la ruta para sacar a los heridos, mientras que los rezagados en la carrera de 42 kilómetros (26 millas) fueron re-dirigidos lejos de la zona . Competidores y voluntarios gritaban al alejarse del caos. Espectadores ensangrentados eran llevados a un puesto médico que había sido establecido para lidiar con corredores agotados .
“Hay personas muy ensangrentadas”, dijo Laura McLean, una corredora de Toronto que estaba en el puesto médico recibiendo atención por deshidratación cuando fue desalojada para dar cabida a las víctimas de las explosiones.
Cruce de la meta
Unas dos horas después de que los ganadores cruzaran la meta, hubo una fuerte explosión en la parte norte de la calle Boylston, poco antes del lugar de las fotos que demarca la línea de meta. Otra explosión pudo escucharse unos cuantos segundos después.
Un policía de Boston fue sacado del lugar en silla de ruedas con una herida sangrante en la pierna. “Hay muchas personas heridas”, dijo un hombre, cuyo número 17528 le identifi caba como el corredor Frank Deruyter, de Carolina del Norte.
El hombre no estaba herido, pero trabajadores del maratón llevaban a una mujer, que no parecía ser una corredora, con la pierna ensangrentada a un área médica mientras salía sangre de su pierna.
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LA PROMESA DEL PRESIDENTE OBAMA
El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró en un breve discurso televisado a la nación que “no tenemos todas las respuestas” sobre las causas de las explosiones. “Seguimos sin saber quién hizo esto o por qué”, añadió, dando a entender que las explosiones fueron intencionales pero sin evocar un eventual ataque terrorista. “Llegaremos al fondo de todo esto.
LA PROMESA DEL PRESIDENTE OBAMA
El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró en un breve discurso televisado a la nación que “no tenemos todas las respuestas” sobre las causas de las explosiones. “Seguimos sin saber quién hizo esto o por qué”, añadió, dando a entender que las explosiones fueron intencionales pero sin evocar un eventual ataque terrorista. “Llegaremos al fondo de todo esto.
Encontraremos a quien hizo esto”, dijo Obama, y agregó
que “cualquier responsable individual, cualquier grupo responsable,
sentirá como cae el peso de la justicia”. Por su parte un alto
responsable de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, calificó el
suceso de “acto terrorista”.
“Cualquier suceso con varios explosivos -como parece ser
el caso- es claramente un acto terrorista”, declaró. “Pero no sabemos
quién lo cometió, una investigación exhaustiva lo determinará”, añadió.
“Boston es una ciudad fuerte y resistente”, dijo Obama,
quien pidió a los estadounidenses que recen por los habitantes de la
ciudad. Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts, declaró que estaba
“rezando por quienes estaban en el maratón de Boston hoy”.
Obama ordenó a los organismos federales ayudar a las
autoridades locales y la policía a prevenir eventuales nuevos ataques
con un incremento de la vigilancia.
La seguridad fue reforzada en varias ciudades de Estados Unidos poco después del suceso.
Además de Boston, Nueva York y Washington, ciudades que
habían sido blanco de ataques durante los atentados del 11 de septiembre
de 2001, así como Los Ángeles incrementaron su presencia policial. Se
tomaron precauciones extra en potenciales objetivos, como aeropuertos,
centros deportivos y oficinas gubernamentales.
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