 Crisis. Los haitianos tratan de volver a la normalidad a pesar de los graves daños causados por el sismo. |
Puerto Príncipe, Haití.- Es posible que Vicaire Augustin, un joven empleado del sector privado, no sepa que el terremoto del 12 de enero acabó en cuestión de segundos con el 60 por ciento del producto interno bruto de Haití, como asegura el gobierno, o que haya provocado, según el BID, los peores daños a un país en toda la historia moderna.
Lo que realmente le importa es que la empresa para la que trabaja cerrará antes de fin de mes para refacciones, y que el colegio privado donde enseñaba inglés también se vino abajo con el sismo.
“Ya estoy buscando trabajo”, dice Augustin, profundamente preocupado.
Con una niña de dos años y medio, enferma por una infección pero no grave, con su casa medio destruida en Bourdon, Petion Ville, el joven profesional (habla perfectamente cuatro idiomas) es el único que lleva el sustento a su familia: casi 200 dólares al mes que en Haití es un ingreso respetable para el 70 por ciento de la población que vive con menos de dos dólares al día.
“Estamos frente a una situación complicada. La mayoría de empresas en Haití (20% pertenece al sector formal y 80% al sector informal) fueron afectadas”, dijo a LISTÍN DIARIO el director del Centro para la Promoción de Inversiones en Haití (CFI), Guy Lamothe, que pudo sobrevivir al terremoto.
El funcionario agregó que el presidente René Préval puso fin al problema de la inseguridad lo que redundó en una mayor confianza de los inversionistas. “El CFI había entregado la autorización a cuarenta proyectos para la creación de veinticinco mil nuevos empleos”, dijo Lamothe.
Antes del sismo, según la Cepal, la economía haitiana creció 2% a pesar de la crisis mundial, debido en parte a una cierta reactivación del sector agrícola y una mejoría del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que se redujo 14%. La Cepal señala que la inflación también bajó con respecto al 2008, las remesas se incrementaron levemente y alcanzaron los 1,281 millones de dólares; los ingresos fiscales (12.3 por ciento del PIB) fueron óptimos, y a pesar de una reducción del valor de las importaciones, los ingresos crecieron en términos reales 14.6%, gracias a la contribución positiva de la recaudación arancelaria (9.6 por ciento) y a un mayor control de la evasión tributaria.
“La situación ahora es desastrosa; antes del 12 de enero teníamos una tasa de desempleo del cuarenta por ciento”, dijo a LISTÍN DIARIO Joseline Colimon FéthiËre, ministra de Comercio e Industria, durante una visita la semana pasada a la oficina del primer ministro.
“Habíamos creado veintiocho mil nuevos empleos con una proyección para alcanzar los cien mil en tres años. Y las inversiones habían llegado casi a los cien millones de dólares”, agregó.
“Aun hay mucha incertidumbre para determinar cifras del costo del terremoto. Entendemos que podría superar los novecientos millones de dólares”, dijo recientemente el director del FMI para la región. Ayer mismo, la cadena CNN dio a conocer un informe del BID que concluye que la reconstrucción de Haití costará 14,000 millones de dólares y conllevará diez años.
“La prioridad ahora es relocalizar a la gente, reconstruir, reinstalar, crear empleos y atraer inversiones”, dice Lamothe, funcionario del Ministerio de Comercio.
EL IMPACTO EN LA ECONOMÍA DE RD
Economistas del Gobierno y expertos han advertido que la demanda de productos para reconstruir Haití puede tener un efecto negativo en la economía dominicana, si esta no se protege a tiempo.
Rafael Camilo, director de Aduanas, ha dicho que la sobredemanda de productos, luego de que termine la fase de ayuda en el vecino país, puede afectar la producción nacional y provocar un aumento en los precios de ciertos productos en detrimento de las clases populares.
Fabricio Gómez Mazara, economista y director del Departamento de Economía del Instituto Tecnológico (Intec), dice que los productores dominicanos deberán adaptarse rápidamente a la demanda de bienes, “situación provechosa para los productores porque aumenta su producción, pero dañina para los consumidores quienes verán aumentar los precios de sus productos de consumo”. Javier Valdivia
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