San Salvador.- Las lluvias torrenciales provocadas por una baja presión sobre el Pacífico y la cola del huracán Ida, que alcanzó la categoría dos, dejaron ayer domingo en El Salvador al menos 91 muertos y numerosos desaparecidos en derrumbes, aludes y desbordes de ríos.
En tanto, tras amenazar la costa de México, Ida comenzó a alejarse de la Península de Yucatán, en el sudeste del país, sin causar víctimas ni daños de consideración y se encamina hacia la costa de Estados Unidos.
“Tenemos que lamentar la muerte de 91 personas por causa de las lluvias”, dijo el ministro de Gobernación salvadoreño, Humberto Centeno.
El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, dijo en tanto que las lluvias se deben a “una baja presión (...) y a los rezagos que ha dejado en la región el fenómeno Ida”.
La gran mayoría de los fallecidos se reportan en los departamentos salvadoreños de San Salvador, La Libertad, Cuscatlán y La Paz (centro) y en San Vicente (este), donde Protección Civil decretó ayer domingo alerta naranja, activando todo el sistema de atención de emergencias.
Además, las autoridades de Protección Civil y cuerpos de socorro buscan 60 desaparecidos en San Vicente, por lo que es probable que el número de muertos aumente.
En las localidades de Verapaz y Tepetitán, departamento de San Vicente, podría haber “más fallecidos”, ya que los aludes y desbordes de ríos han “arrasado” numerosas viviendas, dijo Meléndez.
“Sólo escuchamos en la madrugada un retumbo fuerte que era la correntada que traía de todo, yo sólo pude alcanzar a decirle a mi mujer que salieramos de la casa y sacamos a mis hijos, la casa se la llevó la corriente y perdimos todo”, dijo Arnoldo Paz, de la colonia San Antonio de Verapáz en donde casi un centenar de viviendas fueron destruidas por la correntada de lodo.
Las autoridades buscan a “bastante gente que presuntamente está desaparecida”, agregó Meléndez. De momento las autoridades de Protección Civil reportan unas 7,000 personas evacuadas en distintas zonas.
EL RELATO DE UN DAMNIFICADO
“Fue como a las 2 de la mañana cuando se arreció la lluvia y la tierra empezó a temblar. Alerté a mi esposa, agarró a mi hijo y de pronto escuchamos un ruido. Reaccioné después en medio de las paredes de mi casa”, relató Matías Mendoza, un poblador de Verapaz.
“Minutos después encontré a mi esposa y mi hijo en medio de escombros y gracias a Dios estamos vivos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario