Las autoridades sostienen que estos traslados se deben a la falta de espacio en centros detención
NUEVA YORK AP El nicaragüense Joey Wong, quien podría ser deportado de Estados Unidos, al principio de su detención dejó Long Island, estuvo algunas horas en Pensilvania y llegó a Nuevo México, donde estuvo más de un año.
El mes pasado lo llevaron a Luisiana y posiblemente lo vuelvan a llevar a Nuevo México.
Wong, de 32 años, ha sido separado de su familia y de su abogado, que luchan para evitar su deportación. Su caso es igual al de miles de inmigrantes detenidos que han sido llevados de un lado a otro en el territorio estadounidense.
Las autoridades federales sostienen que estos traslados se deben a la falta de espacio en los centros de detención o a la atención médica que requieren los detenidos. Pero muchos dicen que las transferencias son injustas porque interfieren con la defensa legal de los detenidos y los separan de sus familias, que en algunos casos viven en el país.
“Quedan dentro del agujero negro de la detención migratoria”, dijo Janis Rosheuvel del grupo activista Families For Freedom.
“En algunos casos sus seres queridos no saben dónde están ni cómo encontrarlos”.
Los padres de Wong lo llevaron a Estados Unidos junto con sus hermanos en un intento desesperado por escapar de años de conflicto entre el gobierno y las fuerzas de oposición en Nicaragua.
En 2009, un juez de Texas ordenó que lo deportaran por sus antecedentes penales tras algunos delitos menores, incluyendo una sentencia por posesión de drogas. Para su abogado de Nueva York, Michael Kohler, los traslados son una pesadilla. Incluso en algún momento no sabía que Wong fue llevado a Luisiana hasta que los parientes de su cliente se lo dijeron varios días después, lo que hizo que tuviera que trabajar a toda marcha para evitar que fuera deportado. Las autoridades del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) dijeron que no podían hacer declaraciones sobre el caso de Wong pues no ha firmado su dispensa de privacidad.
Esta semana el ICE anunció que haría menos estrictas las condiciones de confinamiento en nueves instalaciones para inmigrantes detenidos, de modo que se parezcan menos a una prisión, permitiéndoles vestir sus propias ropas y pasar los días festivos en compañía de sus familiares.
Las frases
Janis Rosheuvel
En algunos casos sus seres queridos no saben dónde están ni cómo encontrarlos”.
Allison Parker
Enviar a alguien a un centro de detención que está a miles de kilómetros de su abogado y de los testigos para completar el juicio se convierte en un asunto de justicia”
Transferencias
En diciembre, la organización Human Rights Watch emitió un análisis de información oficial obtenida a través de la Ley de Libertad de Información. Los datos muestran que hubo 1.4 millones de transferencias de detenidos de 1999 a 2008, el periodo más reciente del que se tiene información. La mayoría de estas transferencias se realizaron entre 2006 y 2008.
El número de detenidos aumentó de menos de 150,000 anualmente a más de 350,000 en 2008. De esos detenidos en 2008 casi 30% habían sido cambiados de centro una vez, más del 14% dos veces, y el 4% unas cuatro o cinco veces. Para los defensores de los derechos humanos, esto dificulta la defensa de los inmigrantes. “Enviar a alguien a un centro de detención que está a miles de kilómetros de su abogado y de los testigos que necesitan para completar un juicio se convierte en un asunto de justicia”, dijo Allison Parker directora del programa estadounidense del grupo por los derechos humanos Human Rights Watch. Para las autoridades estas transferencias son necesarias por la logística necesaria para hacer funcionar un sistema federal de detención que abarca todo el país, dijo Phyllis Coven, director interino de la Oficina de Políticas y Planeación de Detención del ICE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario