Río de Janeiro.- Con un saldo oficial de 182 muertos y más de 14.000 desalojados o desabrigados a la medianoche de ayer, jueves, el estado de Río de Janeiro (sureste) continuaba en alerta y sin detener los complejos trabajos de rescate tras las peores lluvias en cuatro décadas.
En una semana trágica debido a las lluvias que cayeron intensamente desde el lunes, dando tregua por momentos, las autoridades locales intentaban llevar adelante los planes de contingencia aunque en algunos casos estaban desbordadas por las circunstancias que las llevaron a pedir ayuda federal.
El gobierno brasileño liberó el jueves un fondo de unos 113 millones de dólares para ayudar a municipios del estado de Rio afectado por inundaciones y derrumbes derivados de las lluvias, informó el gobernador del estado, Sergio Cabral.
El gobernador visitó la favela de Morro do Bumba en el municipio Niteroi -área metropolitana vecina unida a Rio por un extenso puente- donde el miércoles por la noche el derrumbe de una ladera arrasó 50 casas y dejó al menos 17 muertos y un estimativo de 200 desaparecidos sepultados bajo lodo, basura y escombros.
El gobernante calificó el hecho como uma "catástrofe humana e ambiental" y dijo que de los 200 millones de reales liberados (112,9 millones de dólares), "90 millones serán destinados para la capital (estatal, Rio) y el resto para los demás municipios afectados (14)".
La peor parte de la tragedia del estado la llevó Niteroi, con 107 del total de fallecidos, en tanto la capital Rio suma 55. Sao Gonçalo, municipio aledaño a la primera, suma 16 muertos y el restante se divide en otros cuatro municipios.
El jueves la postal de la semana era la del derrumbe en Bumba, construida hace 25 años sobre un gigantesco depósito de basura y donde se realizaban con esfuerzo trabajos de rescate. Debido a la basura también existen emanaciones de gases tóxicos.
"Nuestra preocupación fundamental ahora es salvar vidas", dijo al canal Globo News la noche del jueves el alcalde de Niteroi, Jorge Silveira, quien subrayó que se trata también de "disminuir las posibilidades de que vuelvan a ocurrir este tipo de hechos".
Para ello dijo que se retirarán habitantes de áreas de riesgo, como los de Bumba, donde la actividad al inicio del viernes era evidente.
Allí se buscaban cuerpos en una franja de casi un kilómetro que fue arrasada por el alud de tierra del cerro y ahora está repleta de lodo, basura, escombros y pertenencias de los pobladores.
Ante la mirada de numerosos periodistas y personas del lugar, decenas de bomberos, miembros de Defensa Civil, voluntarios y operarios trabajaban apoyados por excavadoras, potentes reflectores y policías con perros rastreadores, pero debiendo detenerse por momentos por las fuertes lluvias y problemas varios.
"La situación es crítica por momentos y hay riesgos para todos", dijo un coronel del cuerpo de bomberos al canal Band News.
Por ello, a las tareas se unirán geólogos de entidades y universidades estatales para ayudar a monitorear el suelo donde se trabaja pues continúa el riesgo de nuevos derrumbes. Se preveía clasuruar unas 60 casas ubicadas en área de riesgo.
Los pronósticos meteorólgicos prevén lluvias intermitentes y de intensidad variable hacia el fin de semana.
Algo que no ayudó a Rio fue la marea alta, pues el jueves el mar llegó a tener olas que superaban los 4m de altura, lo que dificulta la evacuación de las aguas de lluvia y provoca inundaciones que afectan la vida de la ciudad, que el lunes y martes se vio paralizada.
Del 31 de diciembre de 2009 a este jueves murieron 256 personas en todo Rio debido a las fuertes lluvias, indicó la Defensa Civil.
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