Sánchez, de 63 años y pastor del concilio Iglesia de Dios de la Profecía, era parte de un grupo de 13 personas que el día 21 acudieron al vecino país a construir albergues para niños de un orfanato destruido por el terremoto.
La muerte del pastor llevó a las autoridades de salud a tomar medidas preventivas para evitar que la bacteria que causa la meningococcemia, se propague en la población.
El ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, informó ayer que se mantienen en vigilancia a las personas que tuvieron contacto con el pastor y que se les aplica tratamiento de quimio profilaxis. "Localizamos el lugar de donde procede, el lugar donde estuvo en Puerto Príncipe, los contactos aquí y los que tuvo allá a los fines de iniciar las medidas de profilaxis", indicó.
Recordó que desde el día siguiente del terremoto se inició una alerta epidemiológica y que además se está aplicando tratamiento antimalaria a todos los pacientes que llegan desde Haití y a quienes visitan ese país.
El velorio
Los restos de Sánchez fueron velados en la Iglesia Tabernáculo de Villa Faro, de donde fueron traslados al cementerio Cristo Salvador. Dayana Sánchez, una de los seis hijos del fenecido pastor, lo definió como un ser bondadoso. "Cuando una persona muere, los demás siempre dicen que era bueno, pero este es un caso especial, porque mi padre tenía dinero y lo entregó todo para irnos a un lugar donde a veces pasábamos hambre y eso te dice cómo era", manifestó.
De Tania Molina
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