Dependiendo del vino, su madurez, fortaleza en boca y paladar, los taninos, la acidez y el azúcar, así como también el tipo de queso, el maridaje entre quesos y vinos podría ser más o menos intenso.
Para lograr un maridaje más satisfactorio debe saber utilizar el tipo de vino adecuado.
Un vino para cada queso. Recomendaciones de expertos en la materia encontradas en la web, indican por ejemplo, cuál queso conviene acompañar con determinado vino.
Queso de cabra. Indican que éste haría muy buen maridaje con un vino Chardonay, Sauvignon Blanc, Blanc de Noire o rosado.
Queso de oveja. Este acompañaría perfectamente con un Malbec, Cabernet Sauvignon, Shiraz y genéricos de buen cuerpo y buenos taninos.
Un queso cheddar, holandés o Cheshire. Empareja muy bien con tintos jóvenes de Malbec, Pinot Noir, Merlot y rosado con roble.
Continuando con la lista recomendada precisan que:
El Roquefort. Disfrútelo con tintos de crianza, Cabernet, Shiraz, Malbec, genéricos fuertes, un buen Oporto, Málaga, Jerez dulce o Sauternes.
El tipo gouda. En su categoría de semiduro, cáscara naranja, logra una adecuada unión con un Sauvignon Blanc, Merlot o Malbec joven, Sauternes de crianza, picantes Malbec, y Tempranillo.
Fontina. Específicamente el cáscara marrón, cuando logra su verdadera madurez, establece un excelente maridaje con un Cabernet Sauvignon, Malbec, genérico de estructura, todos de buen cuerpo.
¡Ah!, pero éstos no son todos, continúan con los de textura más blandas.
El Brie. Sobre éste se recomienda el blanco enmohecido, de cáscara blanca comible, el cual se puede acompañar con un Shiraz, Cabernet, Malbec o genéricos de gran cuerpo.
Mozarella o ricotas. Los de aromas agrios, húmedos, y texturas untuosas, acompañan bien con Torrontés riojano o salteños, Viognier, blancos afrutados o rosados afrutados jóvenes. Pero, ojo, los blancos, no secos.
Sancerre: crotin, valency. Los de corteza de mohos grises y blancos estructurados maridan con un Chardonay o Semillón de crianza y rosados.
El Camembert. De corteza blanda y blanca con pelusa de hongo, va con tintos jóvenes, preferiblemente de poca madera, y también Tempranillo, Malbec, Pinot, Merlot, todas las cosechas jóvenes o un rosado fuerte.
En fin, lo cierto es que el maridaje entre vinos y quesos es una excelente opción en la gastronomía, que le ofrece un fantástico placer al paladar.
Para una feliz unión
Ciertas pautas
Hay ciertas pautas generales que ayudan a orientar al consumidor sobre una adecuada elección de los vinos y quesos.
Esta orientación traza las reglas para lograr una unión feliz.
Los quesos suaves, como el de Burgos, se pueden complementar con vinos blancos ligeros o los rosados; éstos hacen gala de un intenso color y aroma penetrante. También el italiano, conocido por el nombre de parmesano, hace una interesante relación con los tintos jóvenes, así como con los blancos suaves.
Es importante conocer la variedad con la que está elaborado el queso, para determinar los distintos tipos de vinos con los que se lograría mejor maridaje.
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