Varios minibuses llegan dos y tres veces por semana a la avenida México, en el Distrito Nacional, para dejar de nueve a 10 haitianas embarazadas que son depositadas en el área de emergencia de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia. Estas mujeres llegan con niveles de hemoglobina de 3 y cuatro grados, muy por debajo de lo normal. Todo parece indicar que se trata de una red bien organizada.
Varios minibuses llegan dos y tres veces por semana a la avenida México, en el Distrito Nacional, para dejar de nueve a 10 haitianas embarazadas que son depositadas en el área de emergencia de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia.
Estas mujeres llegan con niveles de hemoglobina de 3 y cuatro grados, muy por debajo de lo normal.
Una persona normal necesita tener entre 12 y 16 de hemoglobina (componente de glóbulos rojos que se encarga de transportar el oxígeno a los tejidos).
El doctor Juan Cid Troncoso, director de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, asegura que las condiciones en que llegan las parturientas haitianas son deplorables “y casi incompatibles con la vida”. Casi siempre, la hora de llegada a la maternidad es entre 9:30 y 10:00 de la mañana.
También estas madres colocan al centro y a sus médicos en situaciones muy difíciles, pues llegan con grandes sangrados, desnutridas e infectadas, por lo que de llegar a feliz término el embarazo, deben ser ingresadas, ellas y sus hijos en las unidades de cuidados intensivos, hasta por 20 días, señala el doctor Cid Troncoso.
Dado el deterioro en que llegan la madre y el feto, los gastos de la maternidad son muy elevados, pues una ampolla de surfactante, un fármaco que se usa para hacer viable la madurez en los pulmones de los recién nacidos prematuros puede costar entre RD$15, 000 y RD$20, 000 cada una.
Para el director de la maternidad más concurrida de la República Dominicana, el sistema epidemiológico debería clasificar a las parturientas, de acuerdo con su nacionalidad, pues eso permite mayor claridad de las enfermedades y de la mortalidad.
Durante el año 2009, de 29 muertes maternas que registra el sistema, nueve corresponden a parturientas haitianas que llegan al país en condiciones de suma precariedad.
Se informa que de ocho camas que tiene la unidad de cuidados intensivos de que dispone la maternidad La Altagracia, seis están ocupadas por parturientas del vecino país.
Sobrevivencia. Casi ninguna parturienta habla español, lo que genera numerosos problemas al equipo médico que debe hacer malabares para salvar vidas.
Sin embargo, cuando van a ser dadas de alta, algunas de esas mujeres hablan español muy precariamente, y manifiestan que no tienen dinero para regresar a sus casas, colocando en situación difícil a los médicos.
En algunos casos estas parturientas haitianas piden que las dejen internadas por más tiempo.
Sin parientes
Médicos confirmaron a HOY que tampoco son visitadas por familiares y que muchas vienen desde la región Sur, y las más cercanas, desde las zonas periféricas de la ciudad de Santo Domingo.
El idioma
Algunas inmigrantes haitianas no conocen el idioma, pero otras como forma de sobrevivencia lo conocen y hacen como si lo ignoraran.
Creole
Las limitantes son tales que se busca a residentes haitianos para entenderlas.
Se le da todo
La situación de insolvencia que evidencian es tal que se les debe dar el pasaje para irse al Sur
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