Para ser la única certeza existencial de la humanidad, la muerte nunca deja de suscitar interrogantes. El repentino fallecimiento de Michael Jackson ha desatado infinidad de conjeturas y teorías conspiranoicas. Hay hambre de respuestas y los primeros detalles de la autopsia (filtados por la agencia Bang!) alimentarán el morbo: el 'rey del pop' estaba "severamente demacrado" en el momento de su muerte.
Jackson estaba calvo y pesaba sólo 51 kilos: era un "esqueleto" cuyo estómago estaba vacío salvo por restos disueltos de pastillas. Además, se han hallado huellas de agujas en sus caderas, muslos y hombros, resultado de las drogas analgésicas que el cantante se inyectaba tres veces al día.
Elmundo.es
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