 Unidad. Los artistas dominicanos, la mayoría nominados, se unieron para dar fin a la velada que concluyó con un canto por Haití. |
Santo Domingo.- La parte musical de esta nueva edición de los premios Casandra fue una combinación que trajo caras nuevas y frescas y elementos novedosos para el galardón.
Siete en total eran los segmentos y más que detallarlos es propio hablar de la puesta en escena y del impacto de los mismos en el público presente. El show de apertura, que fue una mezcla de humor en homenaje a Luisito Martí, logró concitar la atención de los presentes en la sala principal del Teatro Nacional y así mantener la expectativa de lo que se habría de disfrutar a lo largo de toda la noche. La aparición de la modelo Arlenys Sosa en el número de Chichí Peralta fue un punto certero.
Le imprimió vistosidad al segmento del artista que por primera vez tocó en el Casandra. El número de los musicales fue uno de los que menos impacto logró y pudo ser más corto. El tributo a Luis Días fue un momento nostálgico y emocionante. ¿Quién mejor que Sergio para cantarle al “Terror”?.
Pero sin lugar a dudas que el número que más impactó en la noche fue “Almas urbanas”, en las voces de Roy Tabaré, Magic Juan, Rita Indiana y Omega. Ese final del número con Omega fue innovador y muy revolucionario.
OTROS SEGMENTOS DE LA PROPUESTA
Martha Heredia sonó magistral en la interpretación del tema preparado para la ocasión en un segmento denominado “Donde yo nací”. Se le vio entregada y convencida de lo que hacía.
El cierre fue un sinónimo de unidad, y aunque ya el público en la sala estaba un tanto cansado por lo largo de la ceremonia (tres horas y minutos).
El número interpretado por una gran parte de nominados en el segmento denominado “Casandra solidario” fue muy emotivo, pero no lo suficiente como para arrancarle los aplausos a la sala que se mantuvo muy fría después de la mitad de la ceremonia. Quizas pudo ser menos segmentos y más corta la ceremonia.
Emelyn Baldera
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