Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez manifestó su oposición a la Ley número 139-97 que mueve la celebración de días feriados, por considerar que la “absurda” acumulación de días festivos fomenta en el país la práctica de la holgazanería.
En un artículo que se publica íntegro a continuación, el arzobispo de Santo Domingo aboga porque el pueblo dominicano preserve su identidad cultural y la memoria histórica que, según dijo, se irá perdiendo “si las generaciones futuras desconocen a quiénes debemos nuestra nacionalidad”.
López Rodríguez hace referencia a la celebración de los Reyes Magos y el Día de Duarte, fechas que fueron movidas atendiendo a la referida Ley, lo cual considera que constituye un “grave error”, porque el país ha perdido muchos valores en los últimos años en que el bandolerismo, el irrespeto, la chabacanería, la insolencia, el latrocinio impune, el crimen del narcotráfico, la mediocridad y la ineptitud reclaman carta de ciudadanía, sobre todo si tienen algún apoyo o pretenden tenerlo. A continuación el texto íntegro de su artículo:
Nuestro país ha perdido muchos valores en los últimos años en el bandolerismo, el irrespeto, insolencia, ineptitud y el narco
Personas holgazaneando en un país por construir Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
(Día Nacional de la Juventud, 31 de enero 2011) “Hace varias décadas se publicó en Francia un libro titulado ‘Hombres sin trabajo en un mundo por trabajar’, en que se analizaba el problema del desempleo.
Aquel título me ha estimulado a escribir estas líneas porque me preocupa, en primer lugar, el número considerable de personas que quieren trabajar y no hayan dónde, particularmente profesionales jóvenes, pero en este momento quiero referirme a otro serio problema que es la práctica de la holgazanería fomentada ahora por esta absurda acumulación de días feriados que se han repetido en semanas recientes en nuestro país.
Debo aclarar ante todo que, en lo que a mí se refiere, siempre respeto las fechas patrióticas, religiosas y personales, no importa el día en que corresponda celebrarlas, y no me gusta moverlas a otros días sólo para acumular ocio que no es muy digno ni suelo practicarlo.
Y pongo dos ejemplos del mes de enero. La fiesta de la Epifanía, más conocida por nosotros como la fiesta de los Reyes Magos. En los países de tradición cristiana esta fiesta recuerda el homenaje que los Magos, venidos de Oriente a Belén, rindieron al niño Jesús.
Creo que entre nosotros, hasta las personas más pobres hacen cualquier esfuerzo para regalar algo a sus niños ese día, pero además quieren ver y disfrutar la alegría que les proporcionan, lo que no es posible cuando la fecha se traslada al fin de semana más próximo y se impone trabajo y escuela el día 6 de enero. Nuestra querida niñez bien merece que sus padres compartan con ellos un día tan significativo.
El segundo ejemplo es el Día de Duarte, 26 de enero, este año movido al 24 para que hubiese cuatro días seguidos de asueto, desde el 21 hasta el 24 inclusive.
Creo que no respetar el día 26 de enero es un grave error.
Nuestro país ha perdido muchos valores en los últimos años en que el bandolerismo, el irrespeto, la chabacanería, la insolencia, el latrocinio impune, el crimen del narcotráfico, la mediocridad, y la ineptitud reclaman carta de ciudadanía sobre todo si tienen algún apoyo o pretenden tenerlo. La figura de Juan Pablo Duarte debe ser mejor conocida, estimada, respetada y honrada por todos los que nos consideramos dominicanos.
En su momento el gran patriota hizo por la nación todo lo que pudo, imponiéndose incluso grandes sacrificios, por eso todos tenemos con él una imperecedera deuda de gratitud.
No respetar el 26 de enero como día de fiesta es decir a nuestros niños, adolescentes y jóvenes que no nos interesa honrar a Duarte, a quien tampoco conocen. Entiendo que el día 26 deberíamos esmerarnos en rendirle homenaje, darle a conocer y que se organicen en todo el país actividades que contribuyan a enaltecer su figura.
No olvidemos que dentro de dos años, el 26 de enero del año 2013 celebraremos el Bicentenario de su nacimiento y conviene preparar adecuadamente esa efemérides, a lo que con certeza no contribuye dejar el 26 de enero como un día cualquiera.
A este propósito conviene preguntarnos, ¿qué sentido tiene dejar de trabajar el 24 de enero para trabajar el 26? Al paso que vamos llegará el momento en que el 27 de febrero podrá moverse al 24, 25 ó 28 de ese mes para tener un posible fin de semana más prolongado.
Así iremos perdiendo nuestra memoria histórica y las generaciones futuras desconocerán a quiénes debemos nuestra nacionalidad.
He visto que varias personas se han referido al tema en días recientes y me alegro de coincidir con ellos en lo que planteo en estas líneas.
Concluyo con unos planteamientos o consejos escritos por W. Clement Stone y que han sido recogidos en la agenda 2011 de las Ediciones Paulinas: ‘Para desarrollar un buen carácter hay que trabajar.
Y para tener buena salud, trabajar.
Para vencerse a sí mismo, trabajar.
Para hacer lo adecuado porque es adecuado, trabajar.
Para llegar de los harapos a la riqueza, trabajar.
Para no retroceder, trabajar.
Para adquirir conocimientos, trabajar.
Para tener habilidad, trabajar’.
Tan sencillos como aparecen son estos valiosos consejos de Stone. Ojalá que cada uno de nosotros los comparta con alguien, especialmente niños, adolescentes y jóvenes. Manos a la obra y que el Señor los bendiga”.
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