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Sin dispersiones ni descuidar ningún detalle, el guión de Chiqui Haddad, que tuvo como protagonista al eterno “Galán del Merengue”, Eddy Herrera, gustó por la agilidad, diversidad, novedad y creatividad en el uso de recursos tecnológicos, salida de artistas invitados y el concierto sin pausa por los veinte años del merenguero, presentado en la arena musical.
La cita con su “Santiago querido” se inició a las 9:00 de la noche en la falda del Monumento a los Héroes de la Restauración. Con la buena vibra y seguridad que da el orden, el concierto auspiciado por la marca de cerveza Presidente y apoyado por Kola Real, tuvo en Santiago algunas novedades como la presencia del bachatero Zacarías Ferreira, quien (con tinte negro y todo) interpretó (el público le cantó buena parte) el tema “Desesperado”, nominado a los Premios Casandra en la categoría Bachata del Año.
El hombre que marcó una época con el mandato a imitar una licuadora en “La bailadora”, fue generoso en la selección e interpretación de los temas. Además, como siempre, lució a la moda y sus invitados también brillaron con atuendos acorde a cada estilo. Anótelo, Fernando Villalona, El Mayimbe, distinguido con la ovación más cálida del público, se entalló unas botas altas que dilataron el medidor de miradas. José Alberto El Canario, impecable en look y voz con “Bailemos otra vez”, y la mambera Juliana se apretó la cintura y decidió combinar negro, blanco y rojo.
La tristeza de un “triste payaso” volvió a latir en voz de Villalona (tema del mexicano Javier Solís), quien hizo dúo con el anfitrión en las estrofas de “Oigo tu voz”.
Desde el estribillo de “No puedo más” (1990), Eddy Herrera fue paseando su voz y talante de divo por las canciones que durante veinte años le han mantenido en el gusto popular. “Demasiado romántica”, “El vicio”, “La bailadora”, “El jardinero”, “El idiota”, “Para siempre” y “La última vez” fueron parte del repertorio.
Los compañeros
El aura del “negrito” Sergio Vargas fue la primera en asomarse al escenario. La magia de ciertos artistas se afinca con el tiempo. Se nota en la manifestación espontánea de un pueblo gozoso de su merengue y orgulloso de sus talentos. Fue notorio el cariño público tanto para Sergio como para el Mayimbe y El Canario.
Danny Boy y Magic Juan, airosos; admirable y aplaudida las actuaciones de David Almengod y Tanke.lab.
Justos los reconocimientos de Eddy a Rafelito Mirabal, a los compositores de sus éxitos y a Johnny Fernández, fundador de su orquesta, a quien hizo avanzar frente al mar de gente que copó cada tramo del área monumental santiaguera.
Palos, rap, meren-house, bachata, salsa, mambo, merengue, bolero, bueno, diversidad de ritmos y géneros en una noche de coronación y confirmación, la de Eddy, como el eterno galán que trascendió y permanece, ahora, a la puerta de la próxima década en el merengue. La producción no tuvo desperdicio a cargo de Evelio Herrera.
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