La prueba empeoró las tensiones entre Irán y Occidente, que presiona a Teherán para que frene su programa nuclear. El primer ministro británico Gordon Brown lo consideró una razón más para endurecer las sanciones de la ONU contra el régimen de los ayatolás. “Es un motivo de grave preocupación para la comunidad internacional y nos anima a proseguir con las sanciones.
Trataremos este asunto con la seriedad que merece”, dijo Brown tras entrevistarse con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, en Copenhague. La prueba del miércoles fue la última versión del cohete iraní de mayor alcance, el Sajjil-2, con un radio de unos 2.000 kilómetros (1.200 millas). Podría alcanzar la totalidad de Israel y las bases estadounidenses en la región del Golfo Pérsico y el sudeste de Europa.
EU preocupado.- El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, está "preocupado" por el último ensayo de misiles efectuado por Irán, declaró el miércoles el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell.
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