Así como en el béisbol Alfonso Soriano ha cosechado una carrera exitosa, en el campo de lo social y lo caritativo su índice registra la categoría de cum laude.
Un pelotero que desde que celebró su primer partido en Grandes Ligas, en 1999, se trazó entre sus metas convertirse mediante sus aportes en promotor para que la niñez y juventud de su nativa Quisqueya tuviera un futuro mucho más promisorio, brindó una muestra más de su empeño para que de esta forma se produzcan las cosas en el empobrecido municipio.
Soriano y su esposa, Carmen Isis Eusebio, han estado repartiendo útiles escolares a niños pobres de Quisqueya.
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