Un obrero de la construcción que estaba en libertad condicional por manejar ebrio cuando provocó un accidente de tránsito que mató al pitcher de los Angelinos, Nick Adenhart, y otras dos personas, fue sentenciado ayer miércoles a una condena de 51 años a cadena perpetua en prisión.
Un juez sentenció a Andrew Gallo, de 24 años, en medio de los llantos de familiares y amigos de las víctimas que poco antes escucharon una disculpa de Gallo por el choque del 2009.
Los fiscales dijeron que el nivel de alcohol en la sangre de Gallo era casi el triple del límite legal cuando no respetó una luz roja en un semáforo el 9 de abril de 2009, y embistió a un vehículo en el que viajaban Adenhart y tres amigos.
El cuarto pasajero del vehículo sufrió heridas graves.
Justo antes del choque, Adenhart, de 22 años, había lanzado seis innings en blanco en un partido en el Angel Stadium.
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