PUERTO PRINCIPE. AP. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva propuso ayer perdonar la deuda externa haitiana, para ayudar al destruido país caribeño a rehabilitarse ante la comunidad financiera mundial.
“Necesitamos hacer gestiones ante el Fondo Monetario Internacional, ante el Banco Mundial, para que el mundo perdone la deuda de Haití de 1,300 millones” de dólares, expresó Lula junto a su colega haitiano René Preval, poco después de firmar cuatro proyectos de cooperación. Agregó que “eso no alivia la situación inmediata, pero permitirá a Haití volver a ser sujeto de crédito ante la comunidad financiera internacional”.
Sumó así su voz a la del líder francés Nicolas Sarkozy, quien la semana pasada propuso condonar la porción de la deuda haitiana con el Club de París, de países acreedores, calculada en 214,8 millones de dólares. Lula llegó el jueves al empobrecido país caribeño para una visita de pocas horas que inició con un sobrevuelo de la capital, Puerto Príncipe, en compañía de Preval para verificar la devastación causada por el terremoto del 12 de enero, que según el líder haitiano dejó entre 200,000 y 300,000 muertos.
Los dos mandatarios posteriormente firmaron cuatro acuerdos de cooperación dirigidos al fortalecimiento de la educación superior, capacitación de educadores, construcción de cisternas para la captación de agua y fortalecimiento de la agricultura familiar. “Teníamos programas de bienestar social y compra y distribución de alimentos, pero con el terremoto modificamos la asistencia para atender las necesidades urgentes de atención médica, agua y alimentos”, explicó el ministro de Desarrollo Social, Patrus Ananias, quien integra la delegación presidencial. Precisó que Brasil pretende extender su experiencia en la creación de una red social para ayudar a la población a salir de la pobreza, que afecta a 80% de los habitantes del país caribeño.
Lluvias complican vida en refugios
PUERTO PRINCIPE. AP. El primer aguacero desde que un sismo devastó esta capital se presentó el jueves por la noche, empapando a cientos de miles de personas que se han quedado sin techo, en una ciudad donde algunas laderas de los cerros y los inmuebles debilitados por el sismo amenazaban con reblandecerse. La tormenta se abatió sobre Puerto Príncipe mientras los funcionarios humanitarios decidieron demorar los planes de construir campamentos de refugiados en las afueras y comenzaron a enviar a los pobladores sin techo de regreso a sus barrios destruidos. Los habitantes que hacían fila en un puesto de registro de la nueva campaña de relocalización de más de 1,2 millones de personas se mostraban escépticos del éxito del programa. Los funcionarios a cargo reconocieron que enfrenta desafíos enormes. La gente corrió a buscar un lugar para guarecerse de la lluvia, mientras por las calles corría el agua. El aguacero arrastró basura, saturó el drenaje y dejó varios charcos. Algunas mujeres se desnudaron y aprovecharon la tormenta para bañarse. No hay duchas ni instalaciones sanitarias en muchos campamentos atestados. La temporada de lluvias empieza en menos de un mes y los meteorólogos habían advertido que las primeras grandes tormentas llegarían pronto.
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