WASHINGTON.AFP. Estados Unidos hizo ayer dos gestos significativos para ayudar a la próxima cumbre internacional contra el calentamiento climático, al anunciar la participación de su presidente Barack Obama y presentar objetivos claros de reducción de sus emisiones contaminantes.
Obama decidió que era bueno que fuera el 9 de diciembre a la cumbre de ONU en Copenhague porque su presencia "impulsará las negociaciones" y "aumentará sus posibilidades de éxito", dijo su consejero para clima, Mike Froman. Barack Obama -que de todas formas debía viajar a Europa el 10 de diciembre para recibir el premio Nobel de la Paz- no irá a Copenhague con las manos vacías: la Casa Blanca anunció que Estados Unidos bajará 17% sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al año 2020 con respecto a 2005.
Además, Estados Unidos -uno de los dos mayores contaminadores del mundo, junto con China- reducirá las emisiones de CO2 en 30% los niveles del año 2005 para 2025 y 42% para 2030. Estas decisiones le dan un impulso a la cumbre de Copenhague, que busca alcanzar un tratado que supla al protocolo de Kyoto contra el calentamiento climático. La cumbre enfrenta los intereses difícilmente conciliables de los principales protagonistas, desde los grandes países industriales a los países pobres, pasando por emergentes como China e India. Los europeos expresaron su satisfacción tras el anuncio de la participación de Obama, aunque se mostraron prudentes sobre sus promesas de reducción de emisiones contaminantes. "Me congratulo porque el presidente Obama se comprometió a venir a Copenhague", dijo el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Continua Aqui
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