Santo Domingo.- Jean Pascal no es un simple boxeador, ni un campeón del mundo cualquiera. Se trata de un joven haitiano de padre y madre, nacido en tierra canadiense, pero que nunca olvida sus orígenes. “Que yo sea campeón del mundo es una prueba de esperanza para Haití, para todo un pueblo, el pueblo haitiano puede hacer lo mismo… ¡Superarse!”, exclamó Pascal.
El flamante monarca del CMB se encuentra en el país agotando una de las etapas finales de sus entrenamientos para la segunda defensa de su corona que ganó en junio pasado ante el rumano Adrian Diaconu, “Estoy aquí invitado por Félix Díaz, el campeón olímpico, y me siento a gusto con todo lo que hacemos juntos con el entrenador Pedro Luis Díaz”, dijo Pascal, quien defendió con éxito su cinturón en 25 de octubre noqueando al retador Silvio Branco en diez asaltos.
“Nací en Laval, Quebec, en Canadá, pero mis dos padres son haitianos; yo me siento además de canadiense, ser otro haitiano más, porque llevo esa sangre; por eso creo que hay una gran esperanza con la juventud que quiere superarse y estudia, que hace deporte y que sueña con un mejor porvenir”, dice Pascal.
De gran agilidad y cuerpo fornido, Pascal marcha en su carrera profesional con récord de 24 victorias, 16 por la vía del nocaut, y sólo una derrota.
“Si Berto y yo pudimos llegar, si rompimos todos los prejuicios y somos campeones del mundo, ¿por qué nuestro pueblo no se va a superar?Yo tengo una gran esperanza de que será así, saldremos adelante”, concluyó Pascal.
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