La frase en español fue coreada constantemente en la playa de Copacabana, lugar donde se celebró la misa de apertura, y cada vez que se encontraban los alegres grupos de fieles en las calles cariocas, en el metro o en los autobuses que se dirigían a la playa.
Hasta los brasileños se esforzaban en pronunciar en español para acompañar a los miles de peregrinos llegados de cada esquina de América Latina y de España.
El reguero de peregrinos colapsó el metro de Río, que sufrió además una avería técnica que paralizó casi toda la red por cerca de dos horas, pocas horas antes del comienzo de la misa inaugural.Los devotos católicos también se animaban unos a otros entonando el nombre de los respectivos países de procedencia, que en su mayoría estaban identificados con sus banderas nacionales, que dieron a Copacabana un colorido internacional.
"En Río estamos viendo mucha unión de jóvenes e integración de los países, todo está perfecto", dijo a Efe la paraguaya Betania Vázquez, que vio en ese clima de confraternidad la influencia del papa argentino Jorge Mario Bergoglio.
"Francisco ya está aportando renovación. Veo que muchos jóvenes se están uniendo más y está creciendo la fe", dijo Vázquez, llegada de Ciudad del Este con un centenar de compatriotas.
El boliviano Santos Montaña expresó su deseo de que el Papa, como argentino, imprima a la Iglesia el espíritu de juventud de América Latina.
"En toda Latinoamérica hay una juventud muy valiente que puede demostrar al mundo grandes cosas, por eso estamos animados con un Papa latinoamericano", comentó.
El reguero de peregrinos colapsó el metro de Río, que sufrió además una avería técnica que paralizó casi toda la red por cerca de dos horas, pocas horas antes del comienzo de la misa inaugural.
Después de que los técnicos solventaron el problema, el metro mantuvo cerrada la estación Cardeal Arcoverde, la más próxima al lugar, debido al excesivo flujo de personas, que abarrotaron los andenes.
Los más previsores hicieron guardia en la playa desde el alba, a pesar del clima poco apacible: con temperatura fresca, cercana a 15 grados, viento moderado y una lluvia fina e intermitente.
El colombiano Santiago Barbosa, que reside en Carolina del Sur (Estados Unidos), dijo que sólo consiguió un lugar a unos cien metros del escenario.
"Vine a conocer a los demás jóvenes y encontrarme espiritualmente con el Señor. Hace casi un año comenzamos el trabajo para recolectar la plata para venir de Estados Unidos", afirmó Barbosa.
La espera agotó a algunos peregrinos, que se echaron a dormir sobre las banderas que traían, para tener un mínimo aislamiento de la arena fría y mojada, mientras se desarrollaban los conciertos de música católica con los que se amenizó la velada previa a la misa inaugural.
Los fieles recibieron con aplausos la llegada de la Cruz Peregrina y la imagen de Nuestra Señora, símbolos de la JMJ, y dieron vivas a la Virgen María con el rosario en mano.
El papa Francisco, llegado el lunes a Río, viajará mañana miércoles a la ciudad de Aparecida (Sao Paulo) y se sumará a las actividades de la JMJ a partir del jueves.
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