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La afirmación es más que cierta tomando en cuenta todos estos elementos. El artista de Bonao que por demás gusta de comer y bueno, encuentra siempre una comida criolla de vez en cuando. Es algo que él no puede obviar. Pero si de relajarse se trata tiene suficientes amigos con los cuales pasar un buen rato o hacer una buena partida de dominó, que tanto le gusta. Si no es en la casa de algunos de sus amigos, habilita un centro de juego en la misma habitación donde se queda hospedado. La cosa es pasarla bien y para eso según el artista solo se necesita la actitud.
Pero si quiere una comida diferente también conoce lugares elegantes en pleno centro de la ciudad donde también ya le conocen a él y hasta le tienen todos esos antojos preparados como a él le gusta, incluyendo un aguacatico, por si acaso.
Para Héctor, estar de gira es una actividad normal de la que disfruta y lo hace junto a su equipo.
Aunque es normal para los artistas cuidar de su seguridad personal por aquello de que nunca se sabe quién puede atentar contra ellos, el intérprete de “Me duele la cabeza”, manifestó a LISTÍN DIARIO que cuando está de gira no usa guardaespaldas, “a mí no me gusta eso, tengo mi chofer pero no me gusta andar con guardaespaldas y hacer bulto, nunca he sido así”.
La gira que inició el pasado 12 de febrero culminará el 21 de marzo para el merenguero que muchos consideran más bachatero, pero que interpreta con histrionismo los dos géneros; cada periplo que realiza es una experiencia nueva tomando en cuenta que siempre se añaden clubes nuevos y diferentes.
“La realidad es que las cosas han cambiado mucho desde la primera vez que pisé por estos lados, a estos momentos. En aquel tiempo (1990) habían muchos clubes, lo que permitía mayor número de actividades, pero ahora la economía ha hecho que muchos de estos lugares cierren”, sostuvo el artista. No obstante, la agenda se mantiene activa aunque eso significa que tenga que moverse más fuera del mismo Nueva York.
En Maracas
Una de las presentaciones que más le ha llamado la atención al artista en esta gira fue la que sucedió en el club Maracas. Por primera vez el artista llegaba a cantar allí. Más de dos mil personas esperaban por él. Y como allí no se duerme la fiesta comenzó pasada las 2:00 de la mañana. Lo que se vivió allí es el reflejo de lo que está pasando con este criollo por estos lados. Las mujeres quieren tocarlo, tirarse fotos o que les autografíen alguna foto o el CD; la finalidad es decir que se estuvo cerca de El Torito en algún momento, pero los hombres no se quedan atrás.
La seguridad de los clubes debe hacer una cerca para que lo puedan dejar pasar. Pero la emoción les hace seguir intentándolo, como lo hacen aquellos que con celular en mano esperan que interpreten su canción para dedicarla. Y es que el repertorio de Héctor Acosta es muy diverso, pero priman las letras que le cantan al desamor, sobre todo en el género de bachata, por eso, a más de una mujer se le han salido las lágrimas mientras escucha una de esas denominadas corta venas.
El jura cada día permanecer asequible a su público, que lo canta y aplaude y mientras sienta el calor criollo en EUA y le hagan su comidita, seguirá afirmando que allí se siente como en su segunda patria.
COLOMBIANAS SE CONTAGIAN
El público que está asistiendo a las actividades que tiene pautadas el intérprete en esta gira es muy diverso. Las mujeres llegan de todas partes. Las colombianas ya son fanes.
EL EQUIPO TIENE MUCHOS AÑOS
Aunque El Torito dice que no necesita de grandes aparatajes cuando está de gira, su equipo es fiel. Aquí dos amigos: Nelson Torres y Nelson Félix.
UNA NUEVA EXPERIENCIA
El pasado viernes, por ejemplo, Héctor Acosta cantó en el club Maracas por primera vez. Más de 2 mil personas asistieron, incluyendo colombianos.
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