En medio del dolor, familiares, amigos y colegas sepultaron ayer en
la tarde, en el cementerio Cristo Redentor, los restos del periodista
Napoleón Rojas Vicioso, quien falleció la madrugada del sábado después
de luchar durante justamente un mes por sobrevivir, tras recibir tres
balazos el día seis de mayo de tres hombres que penetraron en su negocio
supuestamente para atracarlo.
Algunos de los presentes en el sepelio pedían justicia para “que los
culpables paguen” por el hecho que dejó una familia desolada y huérfanos
a siete hijos, mientras parientes y colegas calificaron a Rojas como
“un hombre ejemplar”.
El periodista y abogado, de 52 años, había sido trasladado desde el
hospital Darío Contreras, donde duró tres semanas, y murió en el
Hospital General Plaza de la Salud tras sufrir una hemorragia interna
debido a que las heridas de bala le afectaron el hígado y otros órganos
internos.
Según las informaciones, los hombres se presentaron al colmado de la
víctima, ubicado en la urbanización Ralma, en el municipio Santo Domingo
Este, donde lo atacaron cuando Rojas intentó huir de sus asaltantes,
quienes le dispararon por la espalda.
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