SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Sentados uno al lado
del otro, quizá por protocolo, quizá por coincidencia, el nuncio
apostólico Jude Thaddeus Okolo y el embajador de los Estados Unidos
James Wally Brewster, podrían ser tomados como ejemplos de tolerancia.
El rostro de ambos es apacible. No hay crispaciones. El sacerdote
nigeriano había sonreído antes a los periodistas como respuesta a sus
difíciles preguntas. El embajador estadounidense cumple su misión sin
estridencias.
Prestan concentrada atención a los discursos con una sola diferencia:
políglota, el nuncio no necesita escuchar la traducción a su lengua, el
embajador sí.
Al religioso no le dolió la garganta como pretexto de ausencias ni
pidió que lo cambiaran de lugar para no compartir cercanías con el
activista por los derechos de los homosexuales.
Algunos deberían aprender de ellos.
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