“Estamos jugando con candela, y una chispa puede incendiar un cañaveral y, por qué no, posiblemente el país”, reflexionó el sacerdote radicado en el municipio Guayubín, provincia fronteriza de Montecristi, donde desarrolla su labor pastoral a favor de los derechos humanos de los trabajadores inmigrantes haitianos.
Al ser entrevistado por 7dias.com.do, expresó que cada día que pasa aparece algo nuevo que demuestra el poco caso que los políticos electos y funcionarios designados hacen a la ciudadanía que reclama sus derechos. Precisó que no se trata de un mal que solo afecta a la presente administración de gobierno sino de un síndrome que afecta a los políticos en general, a los funcionarios y a las autoridades eclesiásticas.
“Estamos jugando con candela, y una chispa puede incendiar un cañaveral y, por qué no, posiblemente el país”, reflexionó el sacerdote.
Martínez define la enfermedad que, a su juicio, padece la clase dirigencial dominicana como “salir del paso”, consistente en decir algo aparentemente positivo con la intención de complacer a diferentes sectores pero sin resolver nada.
“Después de la toma de posesión del gobierno el 16 de agosto 2012 se desencadenaron manifestaciones a nivel nacional en reclamo de justicia para quienes desfalcaron el Estado en la administración anterior. El presidente interpretó ese reclamo como ver para atrás y tirar piedras”, refirió el sacerdote al agregar que la señal de Danilo Medina fue asimilada por el Ministerio Público y los jueces que han actuado engavetando la querella en contra del expresidente Fernández y varios de sus funcionarios.
Para el jesuita lo que las autoridades judiciales y gubernamentales han hecho, incluyendo la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ha sido “jurar en vano” y seguir adelante como si no pasara nada para poder complacer a “quienes se creen dueños de la República”.
En tono enérgico el sacerdote manifestó que la decisión política de archivar el expediente de corrupción contra Fernández sin que tan siquiera medie una investigación, confirma que en el país los recursos públicos pueden ser utilizados por los funcionarios electos y designados pasándoles por encima a la Constitución y a las leyes. “Sean usados como quiera que se usen no hace falta investigar, el Código Penal es muy viejo y no ha tenido en cuenta la corrupción de hoy, el Ministerio Público no es político”, expresó esta vez con ironía Martínez.
Calificó de lamentable que sea desde Perú que “se nos diga a nosotros, los dominicanos y las dominicanas, que Félix Bautista apoyó a un señor político de por allá con dinero de sus empresas y que en República Dominicana se aproveche como santuario político el Congreso Nacional para legitimar su inocencia perversa”.
Según el sacerdote jesuita el llamado del presidente Medina a endurecer el brazo de la justicia ante el incremento de la criminalidad, la delincuencia y la violencia habría que hacerlo también para que “aquellos que han gastado más de doscientos mil millones de más durante la gestión anterior enseñen las facturas del maletín”.
Esta sería la mejor manera, de acuerdo con Martínez, de honrar el juramento de “cumplir y hacer cumplir la ley” hecho el pasado 16 de agosto por Medina ante la Asamblea Nacional.
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