Abogó por un cambio de visión, para que el consumo de drogas sea tratado como un problema de salud, y no como un delito a perseguir y reprimir.
Criticó que la denominada política anti drogas lo único que ha hecho es “criminalizar a los más pobres, arrojándolos a cárceles inmundas de un sistema que ha colapsado”.
A su juicio, esta política gubernamental sobre las drogas “forma parte de un gran sistema corrupto que agrava los problemas de delincuencia, cuando su misión debe ser también la rehabilitación y reinserción social”.
Sostuvo que cada día es peor la situación de la venta y consumo de drogas en República Dominicana.
Señaló que se ha ido generando una gran avidez, unas urgencias por el consumo de drogas legales, “como si muchas personas necesitaran desesperadamente alienarse y encontraran las drogas como la solución al problema”.
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