“Este es el indicativo del gran deterioro de la sociedad. Pero lo que me sucedió es poco. ¡Cuántas capillas han sido profanadas y el Santísimo Sacramento echado por el suelo porque lo creen de oro!”
SANTIAGO. Lo que parecía ser una fiel confesión de pecado terminó en un robo al sacerdote Carlos Santana, canciller del arzobispado, a quien un hombre despojó de un teléfono celular Blackberry y el dinero que tenía en los bolsillos, luego que el cura le diera la absolución.
El sacerdote narró que el ladrón no tenía signos de persona ofensiva y tras la celebración de la misa el martes en Casa de Emaús, el joven rogó al sacerdote que lo confesara.“Señores: estoy sin celular. Un prójimo me pidió que lo confesara después de misa y mientras le daba la absolución me sacó el BB del bolsillo y algo de dinero. Por ahora estoy incomunicado telefónicamente”, dijo el párroco.
Expresó que “el tipo” se veía muy devoto y arrepentido, que le dio un abrazo al despedirse y al parecer ahí le robó.
Sostuvo que el robo y las nuevas formas que tienen los delincuentes para asaltar evidencia el grado de deterioro de la sociedad.
“Este es el indicativo del gran deterioro de la sociedad. Pero lo que me sucedió es poco. ¡Cuántas capillas han sido profanadas y el Santísimo Sacramento echado por el suelo porque lo creen de oro!”, indicó el sacerdote.
Las calves
1. Hasta las copas roban
El sacerdote Carlos Santana denunció que muchas capillas han sido profanadas y el Santísimo Sacramento echado por el suelo porque los ladrones creen que los copones son de oro y que el Sagrario es la caja fuerte de la Iglesia.
2. Sin temor a Dios
“Cuando se pierde el temor de Dios, entonces se es capaz de todo”, expresó el sacerdote.
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